Cuando somos jóvenes, los adultos mayores nos suelen decir que estamos en nuestros mejores y más felices años, pero no es así, al menos no científicamente.

De acuerdo con expertos científicos de la los seres humanos llegan a su punto más feliz en la vida pasando los años de la juventud, exactamente después de los 50 años.

Y es que los adultos que pasan a este rango de edad son más felices, menos estresados e iracundos, con menos preocupaciones y se sienten más satisfechos con sus vidas, incluso sabiendo que se dirigen hacia la vejez.

En una se analizó los cambios en las señales sociales y la forma en que las emociones se intensifican o disminuyen a medida que las personas envejecen.

Los científicos observaron cómo los voluntarios percibían la ira, el miedo y la felicidad en imágenes con caras. A los participantes se les hizo preguntas como: “¿Qué cara está más enojada?, ¿Qué cara está más feliz? ¿Qué cara tiene más miedo?”.

Laura Germinie, profesora de la Facultad de Medicina de Harvard dijo en el estudio que la gente con mayor edad participante en el estudio vio los rostros “de manera positiva” en comparación con los más jóvenes que dijeron ver rostros más enojados y con miedo.

En la pesquisa, los expertos encontraron datos extras sobre la felicidad de las personas de acuerdo a la edad: en la adolescencia se muestra más ira, mientras que a los 30 años desaparece la sensibilidad de emociones negativas y aumentan ligeramente las positivas; pasando los 50, las personas perciben la mayoría de las emociones positivas.

Esta afirmación está respaldada por una investigación publicada en que analizó los cambios relacionados con la edad en dos aspectos del bienestar: satisfacción general de la vida o bienestar global y experiencias cotidianas de determinadas emociones o bienestar hedonista.

En la investigación tomaron en cuenta estadounidenses de entre 18 y 85 años de edad y tomaron información sobre su edad, sexo, estado civil, finanzas personals y salud, principalmente.

Para evaluar el bienestar global, los investigadores les preguntaron a los voluntarios dónde se ubicarían en una escala imaginaria de 10 escalones, con la mejor vida posible en la parte superior y la peor vida posible en la parte inferior.

Por su parte, revisaron el bienestar hedónico preguntándoles si habían experimentado alguna de estas emociones durante el día anterior a la investigación: estrés, preocupación, enfado, tristeza, disfrute y felicidad.

Los participantes mayores de 50 años respondieron que se sentían dentro de una mejor vida posible y que se habían sentido felices un día antes de la investigación, todo lo contrario a los jóvenes menores de 30 años.



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