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En Estados Unidos, los habitantes pagan miles de millones de dólares al año por comprar agua embotellada. Sin embargo, muchos especialistas aseguran que dichas personas están tirando el dinero, ya que no hay mucha diferencia entre el agua de botella y el agua del grifo.

De acuerdo con especialistas en el tema sanitario del agua consultados por Business Insider, la mayoría de las personas que compran agua en botella piensan que tras la etiqueta hay un producto que mejora el grifo que tenemos en casa, pero en la mayoría de los casos eso no es así.

Sin embargo, para la gran mayoría de los estadounidenses un vaso del grifo y un vaso de la botella son prácticamente idénticos en cuanto a su salud y calidad nutricional. Es más, en algunos casos el grifo de las fuentes públicas puede ser más seguro que las botellas porque se prueba con más frecuencia.

Obviamente, según los expertos, hay excepciones en cuanto a la salud del agua, desde aquellos que viven cerca de pozos privados y no disfrutan de esas pruebas rigurosas hasta algunas fuentes públicas que no están debidamente analizadas. Incluso con casos como estos, hay una serie de factores que deberían empujar a la gran mayoría a dejar de comprar agua embotellada. Una serie de datos que quizás no sabías de este “lucrativo” negocio del agua potable dentro de una botella.

El primer caso documentado de agua embotellada vendida en Estados Unidos fue en Boston en la década de 1760, cuando una empresa llamada Jackson’s Spa embotelló y vendió agua mineral para usos “terapéuticos”.

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Se calcula que en todo el mundo la gente bebe aproximadamente un 10% más de agua embotellada cada año. Estos datos se disparan en Estados Unidos, donde los ciudadanos acuden en masa a la compra del líquido embotellado. Los datos indican que a una media de 148 litros por persona, hoy los estadounidenses beben más agua embotellada que leche o cerveza. De hecho, el año pasado fue la primera vez que superaron a los refrescos.

De acuerdo con datos de Business Insider, en Estados Unidos se está gastando 300 veces más en agua embotellada de la que se gasta para beber del grifo. Incluso el número podría ser mayor según algunos analistas, ya que la mayoría de las ventas son para botellas individuales.

Así llegamos a las grandes compañías de refrescos, quienes son conscientes de lo lucrativo que puede ser el agua embotellada: Coca-Cola o PepsiCo han estado invirtiendo millones en agua embotellada. La propia Pepsi compró recientemente un anuncio de 30 segundos en la Super Bowl para lanzar su nueva marca premium de agua embotellada, “Lifewtr”.

Lo cierto es que las investigaciones sobre las calidades del agua sugieren que para la mayoría de los estadounidenses el agua embotellada no es mejor que el agua del grifo. De hecho, un informe reciente encontró que casi la mitad de las botellas es en realidad derivada del grifo. Esa fue la razón que llevó a Pepsi (Aquafina) y Nestlé (Pure Life) en el 2007 a cambiar sus etiquetas para reflejar mejor la realidad.

Como decíamos al comienzo, el agua del grifo también se prueba con más frecuencia para medir su calidad y la posible contaminación que el agua embotellada. La Agencia de Protección Ambiental es la responsable de realizar esas pruebas.

De acuerdo a los estudios, la mayoría no puede decir que existen diferencias entre aguas. En una encuesta reciente de prueba de gustos a ciegas realizada por estudiantes de la Universidad de Boston se encontró que sólo un tercio identificaron la muestra de agua del grifo correctamente.

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