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La tendencia a ser perfeccionista está en aumento. El perfeccionista pone gran importancia a expectativas no realistas y es severamente crítico consigo mismo.

Lo anterior es lo que arroja un estudio realizado, de 1989 a 2016, entre estudiantes de EU, Canadá y Reino Unido.

Esto ya sea en la escuela o las redes sociales.

Según algunos científicos, las raíces de que una persona sea perfeccionista pueden ser en parte a temas genéticos, pero influye muchísimo al ambiente en que fue criada.

Si los padres de un joven fueron excesivamente críticos y le impusieron altos estándares, los hijos desarrollan perfeccionismo.

Y ser perfeccionista en extremo es como ser esclavo del éxito, pero estando enfocado en el fracaso lo cual lleva a la ansiedad continua, según un artículo publicado en Psychologytoday.com

Una persona que quiera ser aceptada constantemente buscar hacer todo y ser “perfecto”, lo cual lleva a sufrir estrés, ansiedad y depresión constante.

Ahora bien la buena noticia es que esta conducta en exceso tiene, como todo, un lado malo, un lado bueno, y puede modificarse para alivio de la persona afectada.

Por el lado malo, quienes lo experimentan, saben el nivel de estrés y ansiedad que se siente el sentir que no se logran los estándares autoimpuestos y el miedo de no ser aceptados por ello.

El lado bueno, el sano, es que al imponerse altos estándares la persona buscará hacer las tareas lo mejor posible porque quiere.

Y si el perfeccionismo se está yendo ya de las manos pueden ejercitarse acciones para disminuirlo.

Visita nuestra galería para conocer algunos consejos para controlar el perfeccionismo.

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