Las grandes ciudades tienen grandes joyas escondidas lejos de las atracciones más emblemáticas, las avenidas más transitadas y los edificios más icónicos. , Vancouver, Calgary y Toronto no son la excepción, así que aquí te decimos más sobre cuatro de los barrios canadienses menos conocidos, pero más encantadores, llenos de magia, estilo y color en estas ciudades:

Verdun, Montreal

La proximidad del barrio Verdun con el río St. Lawrence ha marcado su historia. Los parques exuberantes que bordean el paseo marítimo originalmente se construyeron para proteger la zona de las inundaciones y hoy en día, se han convertido en un lugar tranquilo e ideal para desconectarse del bullicio citadino, andar en bici o tomar el sol en las orillas cubiertas de vegetación.

Actividades imperdibles: Recorre el puente Champlain y pasea una tarde en Nun's Island, una zona suburbana con parques y senderos junto al agua. También puedes visitar el para tener ese momento de relajación que has estado esperando por tanto tiempo.

Comida local: La comida callejera exquisita y de estilo camboyano en , que cuenta con un entorno moderno e industrial, es algo que definitivamente tienes que probar en este barrio.

Un pedacito de historia: Verdun solía ser una ciudad independiente y fue hasta 2002 cuando se unió a . Es uno de los asentamientos más antiguos de Canadá por lo que cada rincón está lleno de historia.

Kitsilano, Vancouver

El barrio de da la impresión de ser como un resumen de todo . Es relajado y animado, está poblado de cafeterías, playas y un bulevar de tiendas casi interminable. Uno de los puntos más icónicos de este lugar es el Parque Vanier que alberga tres grandes atracciones: el , el Centro Espacial H.R. MacMillan y el Museo Marítimo de Vancouver. En verano, el Festival de Shakespeare "Bard on the Beach" se apodera del parque con espectáculos fascinantes.

Actividades imperdibles: Pasea un rato en la playa, únete a una excursión en kayak o en tabla de surf de remo con Vancouver Water Adventures, alquila una moto acuática y desafía las olas de la costa del pacífico.

Comida local: Probar la comida “de la granja a la mesa” es algo que debes hacer. Además, disfruta de la gastronomía con influencias internacionales en , AnnaLena, Fable y Maenam.

Un pedacito de historia: Kitsilano lleva el nombre de August Jack Khatsahlano (1877-1971), que fue jefe de la Nación Squamish (uno de los pueblos indígenas de Canadá). Además, desempeñó un papel fundamental en el registro de la historia oral de su pueblo y colaboró estrechamente con muchos de los primeros colonos de Vancouver. En los años 60, Kitsilano se convirtió en un lugar de encuentro hippie en la playa.

East Village, Calgary

es conocido por sus senderos que serpentean a lo largo del río Bow, así como por sus edificios patrimoniales, parques urbanos y un programa de arte público bastante innovador para visitar en cualquier temporada del año, así que no importa cuándo decidas viajar a este destino porque seguro siempre habrá algo para hacer y pasarla fabuloso.

Actividades imperdibles: Guarda mucha energía para rentar una bici eléctrica de Bow Cycle e-Bikes y recorrer uno de los sistemas urbanos de bicicletas y caminos más grandes de Norteamérica (con una extensión de 1,000 kilómetros). Después de un merecido descanso, camina hasta la Biblioteca Central y visita la "máquina expendedora de cuentos” que imprime lecturas cortas en papel (como el que se usa en los tickets), los cuales podrás leer en alguno de los parques públicos, mientras te relajas un rato.

Comida local: En una antigua fábrica de colchones se encuentra el edificio Simmons que, actualmente, acoge entre sus paredes de tabique a tres restaurantes reconocidos: , Charbar y Sidewalk Citizen Bakery. Cualquiera de ellos es ideal para recargar pila con exquisitos platillos contemporáneos y seguir explorando Calgary más tarde.

Un pedacito de historia: El King Edward Hotel ("The King Eddy") se construyó a principios del siglo XX y poco a poco se convirtió en el hogar del blues, donde actuaron leyendas como Buddy Guy y Jeff Healey.

Riverside y Leslieville, Toronto

Estos dos barrios están repletos de encanto y una tranquilidad paradójica dentro de una gran ciudad como es Toronto. Sus boutiques, panaderías, tiendas retro y restaurantes de moda estarán disponibles siempre que necesites un respiro del bullicio, pero sin dejar de lado el mood urbano.

Actividades imperdibles: , que forma parte de ArtworxTO (celebración del arte público de Toronto), organiza recorridos autoguiados de comida y arte popular donde los requisitos más importantes son tener apetito y muchas ganas de explorar estos barrios a través de la gastronomía local. Más tarde, recorre las numerosas tiendas vintage y boutiques independientes de Queen Street East.

En verano, haz un espacio para asistir al evento para tomar una buena dosis de la cerveza canadiense deliciosa. En invierno, escápate a una excursión The Rock Oasis para escalar lo más alto que puedas en superficies verticales retadoras.

Comida local: Lady Marmalade, un lugar lleno de arte y un punto de referencia para el brunch del fin de semana. Pasaj es otro de los favoritos, no sólo por sus pasteles y panes exquisitos, también por su diseño y sabores capaces de transportarte hasta las calles y cultura de Estambul.

Un pedacito de historia: Leslieville comenzó como un pueblo pequeño en la década de 1850 que floreció en torno a los viveros de Toronto, propiedad de George Leslie (que da nombre a la comunidad), donde la mayoría de sus habitantes eran jardineros o trabajaban en las fábricas locales de ladrillos.

La información es cortesía de Destination Canada y PR Central 

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