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El ‘home office’ puede ser considerado sinónimo de comodidad porque trabajar desde casa implica decirle adiós al transporte público y hasta podemos pasar todo el día el pijama. Sin embargo, algunos hábitos impactan negativamente en la productividad.

Uno de ellos es trabajar en la cama. De acuerdo con el hasta el 80% de los millennials admite que realiza tareas mientras se recuesta. “Los investigadores ya estudian los hábitos de trabajo de una generación criada con dispositivos móviles, cada vez más acostumbrada a usarlos mientras se apoyan contra la almohada”.

Expertos en productividad no recomiendan trabajar en el lugar donde se duerme porque es un espacio relacionado con el descanso. Puedes sentir tentación por recostarte, encender el televisor o simplemente te distraes con los objetos de tu habitación.

También puede ocurrir lo contrario: relacionas ese espacio con el trabajo y por la noche será más difícil tener un descanso reconfortante.

recomienda separar el trabajo de la vida habitual, “a menos que tenga cuidado de mantener los límites, puede comenzar a sentir que siempre está trabajando y perdiendo un lugar donde volver a casa".

Además, la Escuela de Medicina de la prestigiosa universidad señala que la luz brillante de los dispositivos electrónicos puede perjudicar la salud, por lo que no es buena idea revisar el correo electrónico antes de ir a dormir.

“Los ritmos circadianos (reloj biológico) de las personas son de 24 horas 15 minutos, en promedio. La luz nocturna lo afecta y puede provocar trastornos de sueño. De acuerdo con datos de Jeffrey C. Hall, Premio Nobel de Fisiología y Medicina, 47 millones de estadounidenses no tienen un sueño reparador”.

Procura trabajar en un espacio limpio, con luz natural y sobre una superficie plana. En nuestra galería, una serie de consejos para aumentar la productividad.

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