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El Gobierno de Canadá anunció este lunes que acusó judicialmente a Volkswagen (VW) por violar las leyes medioambientales al importar de forma ilegal "casi 128.000 vehículos" que no cumplían las normas de emisiones al trucar sus motores, un escándalo conocido como "dieselgate".

El Ministerio de Medio Ambiente de Canadá señaló que VW se enfrenta a 58 acusaciones de violar las leyes medioambientales entre enero de 2008 y diciembre de 2015 y dos acusaciones más por proporcionar información fraudulenta.

Está previsto que la compañía automovilística alemana comparezca el próximo 13 de diciembre ante un juez del Tribunal Superior de Ontario para responder a estas acusaciones.

Las autoridades canadienses iniciaron en septiembre de 2015 una investigación sobre la importación de varios modelos de VW que estaban supuestamente equipados con un software diseñado para falsear las pruebas de emisiones de sus motores.

VW también reconoció que había instalado en alrededor de 580 mil vehículos en Estados Unidos software para falsear las pruebas federales sobre emisiones de contaminantes. Los vehículos afectados estaban equipados con motores diésel de 2 y 3 litros.

VW trucó motores para ocultar contaminantes

El fabricante europeo trucó durante años los motores para ocultar que sus emisiones de óxidos de nitrógeno, un producto cancerígeno, eran muy superiores a lo permitido por la legislación estadounidense.

El fraude en Estados Unidos se descubrió en 2015, duró casi 10 años e implicó a al algunos de los principales responsables de la marca tanto en Norteamérica como Alemania.

Seis directivos y empleados de VW fueron imputados por las autoridades federales: Heinz-Jakob Neusser, de 56 años y que fue responsable de desarrollo de motores de VW; Jens Hadler, de 50 y que también fue responsable de motores; Richard Dorenkamp, de 68 y que capitaneó el equipo que desarrollo motores diésel para EU; Bernd Gottweis, de 69; Oliver Schmidt, de 48, y Jürgen Peter, de 59.

Según el Departamento de Justicia de Estados Unidos, fue Hadler quien autorizó a Dorenkamp trucar los motores diésel entre 2008 y 2015.

En diciembre de 2017, Oliver Schmidt se declaró culpable de fraude por su papel en la implementación del trucaje de los motores diésel ("dieselgate") de la compañía alemana y fue sentenciado a siete años de prisión y una multa de 400.000 dólares.

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