Un hombre fue condenado a dos años de prisión como autor de un delito de odio, por haber insultado y golpeado a una pareja homosexual que estaba paseando con su perro por un parque del centro de, informaron medios locales.

Cada año se producen en Miami-Dade 3,859 delitos violentos y contra la propiedad de los que son víctimas personas de la comunidad LGTBQ (Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales y Queers), según un estudio de la Oficina de la Fiscal General estatal de ese condado de Florida.

El ahora condenado por un delito de odio, Quenton Moss, se había declarado culpable de los hechos que se le imputaban, ocurridos en mayo pasado.

Sus víctimas, Dan y Gary Hardin-Peach, relataron a la policía y al tribunal que Moss se bajó de un autobús, los vio en el parque y sin más empezó a proferir insultos homofóbicos contra ellos y luego a golpear a uno y a otro sin hacer caso de los ruegos de la pareja para que parara.

"Era el odio" lo que lo impulsaba, dijo Dan Hardin-Peach en unas declaraciones que reproduce el canal 7 de noticias de Miami.

Moss fue detenido y las cámaras corporales de los policías registraron su negativa opinión acerca de los homosexuales. Repetidamente le dijo a los policías lo que había hecho con la pareja usando insultos homofóbicos, según la grabación.

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Precisamente este miércoles la fiscal estatal de, Katherine Fernandez Rundle, dio a conocer los resultados de un estudio sobre los delitos de odio de los que son víctimas latinos integrantes de la comunidad LGBTQ en ese condado de Florida.

Para el estudio se seleccionó a 400 personas mayores de 18 años, latinas e integrantes de la comunidad LGTBQ que sentían haber sido víctimas de algún delito de odio en los cinco años anteriores.

Un 30 % de los 400 entrevistados dijeron haber experimentado algún tipo de asalto físico o sexual. En el caso de la agresión física, en el 52 % de los casos, los autores eran personas conocidas por las víctimas, según este estudio.

Solo 60 de los 400 incidentes contabilizados por los entrevistados (15 %) fue denunciado a la policía.

De esas denuncias, el 35 % dio lugar a una detención y el 23 % a un proceso judicial, pero no necesariamente por un delito de odio.

Como consecuencia de lo que padecieron esas 400 personas entrevistadas, un 35 % trató de actuar de manera "más heterosexual", un 13 % empezó a no frecuentar encuentros y amigos LGBTQ y un 23 % decidió mudar su residencia.

De los 23 delitos de odio que la oficina de la fiscal de Miami-Dade procesó en el periodo 2005-2019, once eran anti-LGBTQ, seis anti-judíos o anti-musulmanes, cinco por prejuicios raciales y étnicos y uno tuvo como víctima a un desamparado que padecía una enfermedad mental.

Mientras que las víctimas de los crímenes de odio suelen ser jóvenes, hombres y afroamericanos, los victimarios son más mayores y principalmente "hispanos", según la identificación policial.

En Miami-Dade funciona una línea telefónica especial para denunciar delitos de odio.

En 2016 una discoteca de ambiente gay de la ciudad de Orlando (centro de Florida) fue escenario de una matanza con armas de fuego perpetrada en el curso de una "noche latina" por un guardia de seguridad de origen afgano.

Omar Mateen, que murió en la discoteca Pulse por disparos de la policía, se cobró la vida de 49 personas.

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