multiplicó el viernes sus bombardeos en la Franja de Gaza y advirtió que la guerra contra Hamás, iniciada hace 70 días, durará "más que varios meses", pese a la presión de Estados Unidos para que reduzca la intensidad de los ataques y proteja a los civiles.

De visita en Israel, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, pidió que el control de regrese a los palestinos tras la guerra.

El conflicto entre Israel y Hamás comenzó el 7 de octubre tras el ataque sin precedentes de los milicianos del grupo islamista palestino en suelo israelí, en el que murieron unas 1.200 personas, según las autoridades.

Como represalia, Israel prometió "aniquilar" a Hamás, en el poder en Gaza desde 2007 y considerada organización terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea e Israel.

El Ministerio de Salud de Gaza informó de "decenas de muertos y heridos" en bombardeos en Jan Yunis, la gran ciudad del sur del territorio palestino donde Israel extendió sus operaciones terrestres.

La ciudad vecina de Rafah también fue atacada. "Dormíamos en nuestra casa y de repente hubo un ataque, como una bomba de barril", lleno de explosivos, contó a la AFP un superviviente, Bakr Abu Hajjaj.

El Ministerio de Salud de la Franja afirma que, hasta ahora, más de 18,700 personas han muerto en la ofensiva israelí.

Estados Unidos, principal aliado de Israel, empieza a dar muestras de impaciencia ante el alto número de pérdidas civiles en Gaza.

"Quiero que [los israelíes] se concentren en cómo salvar vidas civiles. No que dejen de perseguir a Hamás, sino que tengan más cuidado", declaró el presidente estadounidense, Joe Biden.

Washington quiere que la ofensiva israelí pase a "operaciones de baja intensidad" en "un futuro próximo", según la Casa Blanca.

Pero cuando termine la guerra, no sería "correcto" que Israel ocupe la Franja de Gaza a largo plazo, estimó el viernes el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, de visita en Israel.

Según él, el mismo gobierno israelí "indicó que no tenía intención de ocupar Gaza a largo plazo, y que el control de Gaza, la administración de Gaza y la seguridad de Gaza tiene que volver a los palestinos".

En Ramala, en Cisjordania ocupada, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, dijo a Sullivan que cualquier intento de "separar y aislar" a Gaza del Estado palestino era "inaceptable".

La guerra multiplicó también las incursiones del ejército israelí en Cisjordania y tanto la Unión Europea como Australia, Canadá, Noruega, Reino Unido y Suiza condenaron la "violencia cometida por los colonos extremistas, que aterrorizan a las comunidades palestinas".

El ministro de Defensa israelí advirtió el jueves que la guerra iba a durar. Hamás "construyó infraestructuras subterráneas y aéreas que no resultan fáciles de destruir. Hará falta tiempo para ello, más que varios meses, pero venceremos y destruiremos" a Hamás, declaró Yoav Gallant.

"Habrá más batallas difíciles en los próximos días", advirtió Daniel Hagari, portavoz del ejército israelí, que aseguró que los soldados utilizaban "nuevos métodos de combate", como la colocación de cargas explosivas en lugares frecuentados por combatientes de Hamás.

En total, 117 soldados murieron en Gaza desde el inicio de la ofensiva terrestre el 27 de octubre, según el ejército.

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