La tasa de desempleo en Estados Unidos volvió a subir en agosto y la creación de puestos de trabajos se ralentizó, una señal paradójicamente positiva porque la lucha contra la inflación requiere una desaceleración económica y un mercado laboral menos dinámico.

El presidente Joe Biden saludó las cifras oficiales de empleo publicadas el viernes como "más buenas noticias", destacando en un tuit un mercado laboral que "sigue siendo fuerte" y el hecho de que "aún más estadounidenses están volviendo al trabajo".

El Departamento de Trabajo dijo que la tasa de desempleo volvió a subir por primera vez desde enero, alcanzando el 3,7%.

Había caído en julio al 3,5%, su nivel de febrero de 2020, justo antes de que la economía se viera duramente afectada por la pandemia de covid-19. Los analistas esperaban que se mantuviera estable.

Por otra parte, la creación de empleos se desaceleró drásticamente el mes pasado, a 315,000, después de las 526,000 contrataciones en julio (según datos revisados a la baja).

"Aún así, el avance de agosto representa un ritmo sólido de crecimiento del empleo según estándares históricos", dijo Nancy Vanden Houten, economista de Oxford Economics, en una nota.

Los empleos creados en agosto solo en el sector privado, publicados el miércoles, habían decepcionado: se esperaban 315.000 contrataciones, pero únicamente hubo 132,000, según la encuesta mensual ADP/Stanford Lab.

"Creemos que estas cifras sugieren una transición a un ritmo de contratación más moderado", dijo la economista jefe de ADP, Nela Richardson, en una conferencia telefónica.

Según ella, "empresas de todos los tamaños están tratando de entender la compleja situación económica", ligada a la "alta inflación" y la falta de trabajadores en un momento en que buscan contratar a lo grande.

Ni la desaceleración económica, ni los temores de recesión, ni siquiera las medidas del banco central estadounidense (Reserva Federal, Fed) para limitar la demanda y, por lo tanto, frenar la inflación, habían hecho mella hasta ahora en la salud de hierro del mercado laboral.

Incluso mostró un dinamismo inesperado en julio, recuperando por primera vez los 22 millones de puestos de trabajo que habían sido destruidos a causa del covid-19. A fines del mes pasado, había más de 11 millones de vacantes, o dos por cada solicitante de empleo.

El Producto Interior Bruto (PIB) de Estados Unidos se contrajo en los dos primeros trimestres de 2022, lo que estrictamente se define como recesión. Y si la primera economía del mundo no parece encajar esta vez en este casillero es sobre todo por el buen desempeño de su mercado de trabajo.

La lucha contra la alta inflación, sin embargo, pasará por una desaceleración del empleo, e incluso probablemente por un aumento de la tasa de desempleo.

El presidente de la Fed, Jerome Powell, insistió en este punto la semana pasada en una conferencia en Jackson Hole, Wyoming, advirtiendo que volver a la estabilidad de precios conducirá a "un largo período de crecimiento más débil", así como a "una desaceleración en el mercado laboral".

Sobre todo porque las empresas enfrentan la escasez de mano de obra desde hace más de un año y, para contratar, están ofreciendo aumentos salariales, lo que contribuye a subir los precios.

La Fed está subiendo paulatinamente sus tasas de referencia, con el fin de encarecer el crédito a particulares y empresas y así frenar el consumo y por tanto la presión sobre los precios.

Volverá a subir las tasas en su próxima reunión del 20 al 21 de septiembre.

"Los funcionarios de la Fed probablemente saludarán un ritmo más lento de contratación y un aumento en la oferta laboral como pequeños pasos hacia un mercado laboral menos dinámico", dijo Vanden Houten.

Sin embargo, cree que "las tensiones persistentes (...) y un crecimiento salarial aún sólido" podrían empujar a la Fed a subir las tasas nuevamente con fuerza, en tres cuartos de punto, como en junio y julio.

Los miembros del Comité Monetario, el órgano de toma de decisiones de la Fed, también estarán atentos a las cifras de inflación de agosto, que se publicarán el 13 de septiembre.

La inflación en Estados Unidos, en su punto más alto en 40 años, se desaceleró sin embargo en julio a 8,5% respecto al año anterior, según el índice CPI.

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