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Sinéad O’Connor murió a los 56 años después de largas batallas de salud mental. La leyenda de la música irlandesa perdió la vida tras el suicidio de su hijo Shane, de 17 años, en enero de 2022.
La vida de la irlandesa, fuera y dentro de la industria de la música estuvo llena de polémicas, incluida la ocasión en que rompió la fotografía del Papa Juan Pablo II durante su participación en el programa Saturday Night Live, de 1992.
El incidente ocurrió en televisión abierta durante su presentación musical en el programa, lo que provocó que NBC la vetara del canal de por vida y le llovieran críticas por parte del público, principalmente en un concierto de tributo a Bob Dylan semanas después.
En su libro de memorias Rememberings, Sinéad dijo que el acto se trató de una protesta contra el abuso sexual a menores por parte de la iglesia católica, pero principalmente se trató de una venganza hacia su madre.
“Mi intención siempre había sido destruir la foto del Papa de mi madre. Representaba mentiras, mentirosos y abusos. El tipo de personas que guardaban estas cosas eran demonios como mi madre”, reveló.
La foto fue tomada durante la visita del Papa a Dublín en 1979, según detalló y agregó que a la llegada del religioso a la ciudad, les dijo a los jóvenes irlandeses que los amaba. “Qué montón de tonterías. Nadie nos amaba. Ni siquiera Dios. Claro, incluso nuestras madres y padres no nos soportaban”.
Tras la muerte de su madre, O’Connor sacó la foto de su casa con el objetivo de destruirla en público. “Nunca supe cuándo, dónde o cómo la destruiría, pero la destruiría cuando llegara el momento adecuado”, señaló el las memorias.
En una entrevista con Today, la cantante dijo que sintió que estaba “destrozando a su madre” al romper la foto. “No me arrepiento de haberlo hecho. Fue brillante. Pero fue muy traumático”. La relación que tenía con su madre era caótica, ya que la obligó a ir a una escuela religiosa donde abusaban de los pequeños y además, contó, su madre abusaba física y sexualmente de ella a los 9 años.
La cantante aseveró que su objetivo no era ganar más fama en la década de los 90 rompiendo la foto, sino que quería levantar la voz contra los abusos sexuales a niños por parte de la iglesia que estaban impunes y para sacar las cosas “que tenía en su pecho”.
En el libro escribió: “Todo el mundo quiere una estrella del pop. Pero soy una cantante de protesta. Sólo tenía cosas que sacar de mi pecho. No tenía ningún deseo de fama”
Las polémicas que rodearon su vida personal y profesional se vieron empeoradas por los diagnósticos de enfermedades mentales que le dieron durante su juventud como un trastorno de estrés postraumático complejo, bipolaridad, trastorno límite de la personalidad, depresión y ansiedad.
También era adicta y sufrió sobredosis a inicios de los 2000; en 2016 intentó suicidarse por primera vez y en 2017 dijo abiertamente que seguía teniendo pensamientos suicidas.
