AstraZeneca admitió, en documentos judiciales, que su vacuna contra el Covid-19 podría causar una afectación poco común vinculada a la coagulación sanguínea.
La farmacéutica reconoce que en algunos casos “muy raros” su vacuna puede desencadenar un síndrome de trombosis o “trombocitopenia”, conocido como TTS.
La empresa enfrenta demandas colectivas y el monto podría superar los 25 millones de dólares.
En octubre de 2021, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) concluyó que existe “un posible vínculo” entre varios casos raros de tromboembolismo venoso (TEV) y la vacuna de la covid-19 de Janssen, por lo que decidió incluir esta afección en el prospecto como un efecto secundario poco común.
La trombocitopenia es una forma de trombosis, es decir, la formación de un coágulo de sangre con consecuencias potencialmente mortales.
Tras el lanzamiento de campañas de vacunación contra el covid-19 desde 2021, rápidamente se sospechó de un vínculo entre las vacunas de vectores viales --AstraZeneca y Johnson & Johnson-- y la aparición de estos trastornos sanguíneos.