
La comercialización de suplementos dietéticos no tienen autorización de la FDA por lo que la responsabilidad recae en los fabricantes y comerciantes. Foto: Pixabay

Puedes ser un comprador inteligente consultando los suplementos en internet, en sitios especializados como NIH, FDA o USDA en lugar de confiar en la información de los vendedores. Foto: Pixabay

Así te asegurarás de que no consumes elementos que ponen en peligro tu salud. Foto: Pixabay

Como compuestos innecesarios para tu cuerpo, prohibidos o con reacciones peligrosas. Foto: Pixabay

Por ejemplo, el exceso de vitamina A pueden causar dolores de cabeza, daños al hígado, además de reducir fuerza a los huesos y causar defectos de nacimiento. Foto: Pixabay

Así mismo, otro componente popular en los suplementos es el hierro, el cual podría causar náuseas, vómito y daños irreversibles en órganos como el hígado. Foto: Pixabay

La seguridad de los suplementos en personas embarazadas, madres lactantes o niños no han sido bien probados para determinar su seguridad. Foto: Pixabay

Si sospechas que la ingesta de estos elementos te han causado algún daño en vez de complementar tu salud, debes informárselo a tu proveedor de atención médica, a su vez, éste lo reportará con las autoridades correspondientes. Foto: Pixabay

Toma en cuenta que no debes combinar los suplementos con medicamentos prescritos sin aprobación de expertos. Foto: Pixabay

También ten presente que los compuestos naturales no siempre significa seguridad, todo depende de cosas como composición química, efectos en el cuerpo, preparación y dosis. Foto: Pixabay