¿Para qué sirve el clavo y por qué sigue vigente como remedio natural? Más allá de ser una especia aromática muy usada en la cocina, el clavo de olor (Syzygium aromaticum) ha sido valorado durante siglos en la medicina tradicional mexicana como tratamiento natural para el dolor de muelas, inflamaciones y hasta el cuidado posparto.
El clavo de olor no es solo un condimento, es una planta medicinal con propiedades comprobadas que sigue vigente tanto en la tradición como en la investigación científica. Es un ejemplo claro de cómo el conocimiento ancestral puede ser validado por la ciencia contemporánea.
Según la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana de la UNAM, el clavo es una planta con múltiples aplicaciones medicinales, empleada en comunidades de Oaxaca, Guanajuato, Morelos y Tlaxcala.
Se usa tradicionalmente como analgésico local, especialmente para aliviar dolores dentales.
El método, que se ha documentado consiste en calentar ligeramente algunos clavos machacados y colocarlos sobre la muela adolorida. En otros contextos, también se recomienda en baños para mujeres que acaban de dar a luz.
Sin embargo, estudios farmacológicos publicados y revisados han demostrado que el clavo posee propiedades antiinflamatorias efectivas, validadas en modelos animales y humanos. Su acción se debe a su alto contenido de compuestos bioactivos como el eugenol, flavonoides y diversos tipos de terpenos.
Los extractos han sido evaluados por toxicólogos y han mostrado baja toxicidad cuando se usan de forma adecuada. Incluso pruebas de genotoxicidad arrojaron resultados negativos, lo que refuerza su seguridad como remedio tradicional.
Usado con moderación, el clavo es seguro. Sin embargo, el aceite esencial concentrado puede causar toxicidad si se consume en dosis elevadas. Por eso se recomienda su uso en formas tradicionales, como:
Los especialistas recomiendan evitar la automedicación con aceites esenciales sin supervisión.