TE RECOMENDAMOS



CULIACÁN, Sin., mayo 20 (EL UNIVERSAL).- La esperanza de don Alberto Cipriano muere al último. La esperanza de que el ascenso de Dorados a la Liga MX traiga algo más que sólo un equipo de futbol de Primera y de que el Guadalajara, América o Cruz Azul venga cada seis meses a jugar en estas tierras.
El viejo ganadero quiere que esto traiga por fin paz a estas tierras llenas de incertidumbre, que cada noche escucha como serenata el tronar de las ametralladoras… "todos tienen 'cuernos de chivo' aquí", dice mientras desfila con El Escuadrón, el gigantesco grupo de animación que vino a romper la calma que predominaba en el estadio Banorte.
Mas a pesar del escándalo la gente no se mete del todo. El estadio no se alcanza a llenar, "no jala, no jala el futbol por acá", dice.
Viene acompañando a su nieto Tomás, "anda por ahí perdido", comenta mientras levanta la cabeza buscándolo, "a él le gusta el futbol, juega bien, a mí no, esta es tierra de beisbol".
No se puede negar, este es territorio de Los Tomateros, el club de la pelota caliente de la ciudad, con 10 títulos de la Liga Mexicana del Pacífico, cinco de la costa y dos series del Caribe.
"Lo malo es que el beisbol dura poquito aquí, dos o tres meses, entonces los chavos de ahora se ponen a ver otras cosas, o hacer otras cosas… cosas malas. Hay que hacer deporte, el futbol puede ayudar a que esto se acabe. Las anteriores veces que estuvieron en primera, la gente se metió, no mucho…, pero a mi nieto le gusta, por eso lo llevo a entrenar y vengo con él… aquí está mucho mejor".
Los cánticos se vuelven súplicas, rezos porque su nieto que corre entre las banderas y los rollos de papel higiénico encuentre en el deporte lo que en la violencia puede encontrar: satisfacción y riqueza.
Por eso la esperanza de don Alberto, por eso grita a favor de los Dorados, por eso se junta con los chamacos, por eso quiere que el Gran Pez ascienda a Primera… Quién sabe, quizá sea el inicio de una nueva época.

Google News