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Retener a los campeones

29/05/2017 |05:00
ViveUsa
RedacciónVer perfil



El Fondo del Meollo
Gerardo Velázquez de León

Pasaron 11 años para que el Guadalajara ganara la duodécima estrella. Jorge Vergara invirtió muchos millones de dólares para lograrlo, demasiadas contrataciones que fracasaron, entrenadores, directores deportivos, en fin, hasta boda y divorcio vivió en ese largo periodo.
Merecido campeonato, una copa que debe saber distinto a las pasadas 11 que tienen en sus vitrinas, porque en esta Liguilla, desde el primer partido hasta el último, siempre salieron como las víctimas, nunca fueron los favoritos.
Después de tantos años se vuelve a hablar de los futbolistas del Guadalajara y no de los escándalos de sus directivos, de pleitos en tribunales, de plataformas de transmisión por internet fallidas o de tuiters de los empleados llenos de arrogancia y mala educación. Hoy debemos reconocer, aplaudir y poner en el umbral del futbol mexicano a jugadores como Orbelín Pineda, Rodolfo Pizarro, Alan Pulido, Rodolfo Cota, Edwin Hernández, Jair Pereira, Oswaldo Alanís, José Juan Vázquez, Ángel Zaldivar, Isaac Brizuela, y a quienes formaron parte de un plantel que presume el título del futbol mexicano. No importa si son de las fuerzas básicas o no, lo que es trascedente es que por fin acertaron en las contrataciones, caras, pero muy rentables.
Matías Almeyda refrescó la baraja de entrenadores de la Liga MX y aún cuando pagó un caro derecho de piso, puede estar tranquilo. Su proyecto funcionó y le ha dado estabilidad deportiva a una institución que se caracterizaba por no tenerla. Lo mejor que logró es tener autonomía. Por eso es que le deben retener, hacer todo para que la oferta que tiene del Alavés quede como anécdota y sea un proyecto a largo plazo en Guadalajara.
Los aficionados de Chivas sufrieron, pero que diferente manera de hacerlo, porque al escuchar el silbatazo de Luis Enrique Santander, el júbilo fue absoluto y merecido. Este título es de Almeyda y sus futbolistas, de los aficionados, de nadie más, que no empiecen los directivos a protagonizar lo que no deben. Tiene mucho que celebrar la más numerosa afición de este país. Son campeones, empatan a su más odiado rival en títulos y acaban con la malaria que los aquejaba. Tigres sufre otro fracaso. Es inentendible que hayan jugado solamente abajo en el marcador. Y sí, claro que debe observarse a detalle la falta de valor del árbitro Santander ante la evidente falta de Pereira sobre Sosa al final del partido que debió ser penalti. Pero más allá de eso, la valoración en Cemex debe ser exhaustiva, porque Ricardo Ferretti fracasó en el primer semestre. Ni Concachampions, ni Liga.
Hoy Guadalajara celebra, merecidamente y justamente.

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