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Los residentes del lugar entraron en shock al mirar el caudal del río transformado en “crema de zanahoria”.
La preocupación ahora, es si existe alguna amenaza latente inmediata o si es un derrame acumulativo y potencialmente dañino a largo plazo.
El toxicólogo Jonathan Freedman de la Universidad de Louisville, comentó que es un problema que no se debe tomar a la ligera y normalmente toma años, incluso décadas, para que surjan problemas de salud derribados de contaminación por metales.
Sin embargo, las pruebas realizadas al momento revelan que por ahora no hay ningún riesgo a la salud de acuerdo a las autoridades oficiales.
El río continua cerrado, pero parece que lo abrirán pronto.
Las autoridades creen que el derrame llevó metales como hierro, zinc y cobre a un riachuelo que alimenta al río.
Muchas personas dependen del agua en el río para pescar, sembrar y realizar actividades recreacionales.
Por su parte el reporte geológico del departamento estadounidense reportó que el derrame es de más de 3 millones de gallones y no de un millón que fue lo que se estimó originalmente.
La gobernadora del estado Susana Martinez ha declarado emergencia.
La EPA explicó, que el derrame ocurrió cuando su equipo utilizaba maquinaria pesada para entrar a la mina Gold King y en lugar de entrar y limpiar los contaminantes dentro de la mina erróneamente los liberaron.
Los residentes del lugar tienen miedo de perder sus animales y cosechas y que se dañe el subsuelo.
Mark Hayes del EPA confía en que las aguas se aclaren pronto, pero queda prohibido usar el agua hasta nuevo aviso.
Desgraciadamente los metales no van a desaparecer nada más se van a hundir y sedimentarse y en cualquier momento pueden regresar a la superficie.
Por el momento no hay servicio de rafting y las perdidas para algunos serán de unos 10,000 dólares diarios.
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