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El Papa muy pronto llegará a ciudades de los Estados Unidos como Nueva York, Filadelfia y Washington y será recibido como un representante del cambio.
En un país que cada vez se aleja más de la religión organizada con la denominación que sigue persiguiéndola por un escándalo de abuso sexual del clero, no hay evidencia de que la simpatía hacía el Papa haya impulsado la identificación con la iglesia católica, la asistencia al culto o la práctica de la oración.
La mayoría de los católicos estadounidense se sienten un poco más en contacto con la iglesia a diferencia de un par de años atrás cuando el sondeo informó que 6 de 10 personas se sentían desconectadas de la iglesia católica.
Aproximadamente 1 de cada 8 estadounidenses se consideran ex católicos, y la mayoría de los que todavía se identifican con la fe no asisten a misa semanalmente, de acuerdo con la Encuesta del Panorama Religioso Pew 2014. La capacidad de retención de la Iglesia Católica es similar a la de otras denominaciones cristianas y ha tenido problemas para atraer a nuevos miembros para compensar las pérdidas constantes. Por cada persona que se ha convertido al catolicismo, hay más de seis que han dejado la iglesia.
En la encuesta del Post -ABC, el 45% de los católicos auto-identificados informó asistir a misa casi una vez a la semana o más a menudo, el 19 por ciento asiste mensualmente, y el 35% dijo que asisten con menos frecuencia o nunca. A los católicos no practicantes que admiran a Francis no les gusta que la iglesia no suavice su postura sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, el papel de la mujer en la iglesia y el aborto. Casi 3 de cada 4 católicos mantienen una visión muy favorable del Papa. Incluso entre los estadounidenses con opiniones muy desfavorables de la Iglesia Católica, el Papa es visto positivamente por el 50% de ellos.
El activismo del Papa sobre temas sociales, económicos y ambientales cuenta con el apoyo de una amplia franja de católicos y no católicos, con sólo el 14 por ciento de los estadounidenses deseando que fuera menos activo en esas cuestiones. El 30% de los católicos quieren que estuviera más activo en esas cuestiones, mientras que más de la mitad piensa que debe continuar como hasta ahora. Poco más de la mitad de los no católicos se sienten cómodos con su actual nivel de franqueza.
Dos tercios de los católicos dijeron que era apropiado para él hacer frente a los problemas sociales, económicos y ambientales ante los legisladores, al igual que casi 6 de cada 10 entre el público en general.
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