Los estudiantes y académicos de California aseguran que las universidades públicas del estado ofrecen calidad educativa, pero son caras de acuerdo a sus posibilidades económicas.
De acuerdo con una encuesta del Instituto de Políticas Públicas de California, los estudiantes locales piden que el gobierno y las escuelas otorguen más dinero para la educación superior pública, pero están en desacuerdo sobre cómo incrementar esos fondos.
Asimismo, tres cuartas partes rechazan los aumentos de matrícula, algo que la Universidad de California y Cal State están considerando para el próximo año, pero la mayoría aseguró que respaldaría la emisión de un bono estatal para proyectos de construcción.
Desde la recesión de 2008, los costos de las matrículas han aumentado más del doble, pero los sistemas de UC y Cal State las congelaron durante los últimos seis años, a pesar de las crecientes presiones presupuestarias. Además, el costo de las universidades públicas de California sigue siendo inferior al de las instituciones comparables en todo el país, según los funcionarios de finanzas del estado.
Casi tres cuartas partes de los estudiantes creen que los costos universitarios impiden que los jóvenes calificados y motivados accedan a la educación superior y respaldan promover que los colegios comunitarios sean gratuitos. Una proporción aún mayor apoyó la existencia de más becas y ayudas para los alumnos.
El Instituto de Política Pública de California encuestó en inglés y español a 1,711 adultos de todo el estado. El margen de error del sondeo fue de 3.5 puntos porcentuales.
Sólo un pequeño porcentaje apoyó los aumentos en los fondos estatales como única medida. Casi la mitad de los encuestados remarcaron que los nuevos fondos deberían combinarse con un uso más útil del financiamiento actual.
Casi todas las personas encuestadas coincidieron en que la educación superior será importante para la calidad de vida y la vitalidad económica de California durante las próximas dos décadas, aunque los demócratas, los afroamericanos, los latinos y los asiáticos sostienen esas opiniones con más fuerza que los republicanos y los blancos.