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Los inmigrantes ilegales padecen de muchas carencias, miedos, preocupaciones y riesgos, sin embargo uno de sus mayores miedos es el que la policía los detenga y descubra que no tienen licencia.

Ya no es así, para muchos de ellos, que fueron los primeros en acudir a solicitar su licencia cuando el estado de California comenzó a emitirlas.

De acuerdo al New York Times los inmigrantes ilegales están consientes que esto no les da total seguridad, pero si cambia el hecho de no sentir miedo al subirse a su vehículo y circular, puede ser algo psicológico pero es un sentimiento de alivio y bienestar.

Actualmente las colas para obtener una licencia se empiezan a formar desde las 6 de la mañana. Las autoridades prevén que emitirán 1.5 millones de licencias a indocumentados en un promedio de tres años.

Muchos en el estado aplauden el programa de licencias, así como otros esfuerzos de California para integrar a los inmigrantes indocumentados en la economía, diciendo que simplemente refleja la realidad demográfica . California es el hogar de cerca de tres millones de inmigrantes ilegales, 40 por ciento de todos estos inmigrantes en el país. Más de la mitad de los residentes del estado son inmigrantes o hijos de inmigrantes, con los latinos los que conforman el grupo étnico más grande.

Mientras que una revisión de las leyes de inmigración del país ha languidecido en el Congreso, muchos inmigrantes indocumentados se han establecido en California durante décadas. Gracias a las medidas legislativas recientes, pueden recibir ayuda financiera y préstamos estudiantiles para asistir a las universidades estatales y pueden ser aprobados para practicar más de 40 profesiones, incluido el derecho, la arquitectura y odontología.

La mayoría de los conductores inmigrantes que ahora están recibiendo sus licencias han recorrido las carreteras durante años, por lo general conduce automóviles matriculados con seguro para minimizar la posibilidad de multas elevadas o de tener sus coches confiscados .

Pero los críticos dicen que con medidas como el programa de licencias para conducir, el estado está interfiriendo con la política federal. Ellos argumenta que tales leyes sólo atraerán a más inmigrantes, lo que aumenta la necesidad de gasto público.

Sin embargo, casi el 65 por ciento de los residentes del estado ven a los inmigrantes como un beneficio neto para el estado, de acuerdo con un sondeo realizado en enero por el Instituto de Política Pública de California, un grupo de investigación con sede en San Francisco. Muchas de las leyes que ofrecen beneficios de diversa índole han navegado a través de la Legislatura del Estado con poca controversia, a menudo con el apoyo de ambas partes.

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