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Semanas de retraso en la entrega de material sanitario crucial contra el coronavirus agravaron la situación ya catastrófica de las tribus indígenas estadounidenses, afirma a la AFP el presidente de la Nación Navajo, muy crítico con la actuación del gobierno de Donald Trump.

"Podríamos haber ido mucho más rápido", dijo Jonathan Nez.

El sol se está poniendo en Casamero Lake, donde el líder de 44 años coordina un operativo de distribución de ayuda para su tribu en el oeste estadounidense.

De los 8.000 millones de dólares prometidos a las tribus de Estados Unidos como parte de un plan de recuperación de 2 billones de dólares dispuesto a fines de marzo, Nez asegura que el primer tramo se desbloqueó hace solo unos días.

"Habríamos podido instalar centros de atención alternativos", insiste, refiriéndose a instalaciones médicas donde las personas con casos moderados de covid-19 pueden recuperarse sin tener que volver a casa, con los riesgos que eso conlleva.

Estos establecimientos son particularmente esenciales en las tribus nativas estadounidenses, en las que varias generaciones a menudo viven bajo el mismo techo, lo que aumenta la tasa de propagación entre las personas mayores.

La Nación Navajo, fundada en 1868, tiene 175.000 habitantes repartidos en un territorio desértico con majestuosos cañones, a caballo entre Utah, Nuevo México y Arizona.

Más de 4.200 de ellos han dado positivo al coronavirus. La tribu deplora 146 muertes relacionadas con la covid-19, una tasa de mortalidad per cápita más alta que la mayoría de los estados del país.

Sin esa demora, este balance podría haber sido menor, lamenta Nez.

Mientras señala a los voluntarios que cargan detrás de él las camionetas de los habitantes con alimentos, agua y productos de limpieza, agrega: "Eso ni siquiera es dinero que proviene del gobierno federal".

Vestido con un chaleco amarillo con rayas reflectantes, celebra haber podido contar con el apoyo de lo que él llama "los amigos de la Nación Navajo".

Bajo su presidencia, Barack Obama creó un consejo de alto nivel sobre asuntos de los nativos estadounidenses para mejorar las relaciones de la Casa Blanca con las tribus.

La organización fue disuelta por Donald Trump cuando llegó al poder.

El grupo fue relanzado hace dos semanas, demasiado tarde para Nez.

Pero los problemas que enfrentan los nativos del país también datan de antes de la administración actual, reconoce.

Como otras tribus, los navajos abandonaron gigantescos territorios a cambio de la promesa de que el Estado federal proporcionaría educación y salud gratuitos, a perpetuidad.

Pero de acuerdo con muchos expertos, la promesa nunca se cumplió por completo.

Cuando Estados Unidos comenzó a suministrar agua a los hogares a principios del siglo XX, una gran parte del territorio indígena fue dejado de lado.

En la actualidad, cerca del 30% de los habitantes de la Nación Navajo no tiene acceso a agua corriente, mientras las autoridades sanitarias insisten reiteradamente en la necesidad de combatir el virus lavándose las manos.

La agencia federal encargada, el Servicio de Salud Indígena, sufre de una falta de fondos crónica que deja a los navajos sin las infraestructuras y el personal necesarios para enfrentar una pandemia de esta envergadura.

La vulnerabilidad de los navajos se explica finalmente por enfermedades crónicas a menudo vinculadas a la pobreza: los problemas cardíacos, pulmonares o de diabetes también contribuyeron a la alta tasa de mortalidad.

Las proyecciones apuntan que los contagios por coronavirus llegarán pronto a su pico aquí, después de que las autoridades establecieron medidas rigurosas del uso de mascarilla y toque de queda estricto por las noches y los fines de semana.

A alrededor del 13% de la población se le ha realizado la prueba diagnóstico y los equipos de rastreo de contactos están redoblando sus esfuerzos para mantener bajo control el avance de la epidemia.

Según Jonathan Nez, la Nación Navajo ahora ha recibido 600 millones de dólares de ayuda. Casi un 40% más sigue a la espera debido a retrasos burocráticos, pero planea invertirlo en proyectos a más largo plazo. Su intención es poder reactivar la economía e iniciar proyectos de infraestructura para ampliar el acceso al agua e internet.

"No vamos a compadecernos de nosotros mismos", afirma el líder, recordando que los navajos siempre han superado episodios de epidemias y de opresión colonial. "Somos resilientes".

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