Para la cumbre del G20 en 2019, el gobierno ruso de Vladimir Putin contrató a una bailarina para que fuera la intérprete del entonces presidente Donald Trump, aunque al parecer se trataba más de una distracción.

Daria Boyarskaya tenía la responsabilidad de participar como traductora en una reunión de líderes mundiales en Japón.

Stephanie Grisham, exsecretaria de prensa de la Casa Blanca, dice en un libro que lo que realmente buscaba Putin con la presencia de Boyarskaya era distraer la atención de Trump.

Según Grisham, la funcionaria rusa Fiona Hill le expresó sus inquietudes por la presencia de la intérprete de , a quien describió como una mujer de cabello castaño largo, cara hermosa y figura maravillosa.

De acuerdo con la funcionaria, tenía sospechas de que el presidente ruso hubiera seleccionado específicamente a la mujer para desviar la atención del exmandatario estadounidense.

Daria Boyarskaya tiene 36 años de edad y es una bailarina aficionada de la salsa. Además, presume de haber trabajado en la Asamblea Parlamentaria de la Organización para la Seguridad y la Cooperación de Europa (OSCE).

Se graduó como intérprete de la Universidad Pedagógica Estatal Herzen de Rusia, en 2009.

Luego de que se cuestionaron los motivos reales de la contratación de la traductora, el portavoz ruso Dmitry Peskov negó que la bailarina fuera un arma secreta de Putin en las reuniones con Donald Trump.

El vocero aseguró que Boyarskaya fue seleccionada por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores, ya que ella también había participado en una reunión de Putin con el expresidente Barack Obama en China.

Además, ha participado en encuentros de Vladimir Putin con John Bolton, cuando era asesor de seguridad nacional de , así como con Gianni Infantino, presidente de la FIFA.

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