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El presidente Donald Trump tuiteó el miércoles que “Ya no hay una amenaza nuclear de Corea del Norte” a su llegada al país tras su histórica cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong Un, en Singapur.

La afirmación de Trump de que Corea del Norte ya no representa una amenaza nuclear, es dudosa si se considera el gran arsenal de armas de Pyongyang. Expertos independientes calculan que Corea del Norte tiene material fisible suficiente para elaborar entre 20 y 60 bombas. El año pasado probó misiles capaces de llevar una ojiva nuclear hasta territorio continental estadounidense.

Si bien Trump y Kim firmaron una declaración conjunta que repite promesas pasadas de trabajar hacia la desnuclearización de la península de Corea, los detalles no se han resuelto. Trump ha dicho que habrá un estricto proceso de verificación en el acuerdo definitivo y que los detalles serán finiquitados por su equipo de expertos en negociaciones con los norcoreanos.

Cuando se le preguntó si Trump cantaba victoria antes de tiempo, la asesora presidencial Kellyanne Conway dijo a la prensa: “Este presidente quiere que Corea del Norte deponga totalmente las armas nucleares y obviamente la desnuclearización debe ser completa, verificable e irreversible, y eso
tomará algún tiempo”.

Trump y Kim regresaan a sus países después de la cumbre, pero recibirán bienvenidas muy distintas.

En Pyongyang, la prensa oficial norcoreana elogió el encuentro con el presidente estadounidense y desplegó amplias fotos de los dos líderes. Trump enfrentaba cuestionamientos de que cedió demasiado sin recibir nada a cambio, que le confirió legitimidad al régimen totalitario norcoreano y que accedió con demasiada facilidad a la exigencia norcoreana de cesar las maniobras militares conjuntas con fuerzas surcoreanas. 

Japón y Corea del Sur se vieron particularmente alarmados por la promesa de Trump de concluir las maniobras, que Corea del Norte considera ejercicios para practicar una invasión.

Estados Unidos es nuestro aliado, por lo que las maniobras son necesarias para mantener nuestra relación con Estados Unidos”, dijo Lee Jae Sung, un habitante de Incheon. "Creo que seguirán por algún tiempo”.

Por otra parte, el secretario de Estado Mike Pompeo llegó el miércoles a la base aérea de Osan, en el sur de Seúl, en donde se reunió durante casi una hora con el general Vincent Brooks, comandante de las fuerzas estadounidenses apostadas en Corea del Sur, antes de viajar en su caravana hacia Seúl.

Pompeo se reunirá con el presidente surcoreano Moon Jae-in el jueves para hablar de la cumbre. El canciller japonés Taro Kono también se dirige a Seúl para reunirse con Pompeo y con su homólogo surcoreano. Pompeo, quien antes era director de la CIA, viajará entonces a Beijing para hablar de la cumbre con el gobierno chino.

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