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Un par de segundos antes, en el Centro Cultural Roberto Cantoral se recordaba que ese hombre de Yucatán y con un ingenio imparable a la hora de hablar, había estado cerca de la música desde niño, que había compuesto tal y tal canción que suenan en voz de uno, de otro, de otro y de otro artista; que toda la vida en el mundo de la composición lo habían colocado como uno de los grandes exponentes de este arte.
“Acabo de conocer lo que es la mercadotecnia, ¡qué barbaridad, qué manera de venderme!”, fue lo primero que dijo a René Franco el encargado de reseñar y presentar este jueves la primera de dos noches bohemias en el lugar.
Manzanero compartió el espacio con Mario Domm y Mónica Vélez, dos grandes amigos que a lo largo de una noche llena de humor y por qué no, también recuerdos y hasta cierta melancolía inundaron el lugar.
Varios temas dieron esos matices, para empezar, sonó "Nada Personal", luego "Por debajo de la mesa".
Cuando Mario Domm salió al escenario, con pantalones cortos y tenis rojos cantó junto a Manzanero "Equivocada", para luego, quedarse a solas ante el público y cantar "Aléjate de mí" y "Abrázame".
Más adelante apareció la compositora y cantante Mónica Vélez, con quien Armando entonó "Ataúd". En su parte como solista, Mónica cantó "Creo en ti", un tema cuya letra es algo que ella se repite todo el tiempo.
Mientras las canciones eran creadas por los artistas, una mujer, entre el público, veía al escenario con la cabeza apoyada sobre su mano, quieta, sin moverse, sin corear nada, seguía la música, o tal vez el hilo de un recuerdo provocado, tal vez, por "No sé tú" o "Contigo aprendí".
El encuentro terminó minutos después de las once de la noche, no sin antes recordar que este viernes tendría lugar una segunda noche bohemia en el espacio que ha sido casa de compositores y que se mantiene gracias a eventos como ese en donde ocurre la magia de la música y de los recuerdos.

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