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"Yo los amo a ustedes, así decía mi abuelo también. Estoy emocionada, muy contenta, no paro de llorar pero muy feliz, estaba muy nerviosa y creo que fue una función super disfrutable", dijo María Penella después de haber terminado su actuación, con la cual ofreció una Aldonza llena de frescura.
El productor Morris Gilbert destacó el profesionalismo de esta actriz, quien inició en esta puesta en escena con un papel secundario llamado Antonia, sobrina de don Alonso Quijano o Don Quijote, pero aseguró que gracias a su talento y preparación se ha convertido en una de las protagonistas de esta obra.
En esta función, la 382 de la temporada, acompañaron a María como sus padrinos Mariana Garza, Edgar Vivar y Jesús Ochoa.
"Esta noche me ha emocionado tanto ver a María Penella, a quien conozco desde antes de que naciera, de casa le viene el garbo y el talento, el cariño, la emoción que pusiste hoy aquí lo deja de manifiesto. Todos llevamos un Quijote adentro, pero tú lo llevas por partida doble, yo sé que alguien allá arriba estará muy contento de verte", dijo Vivar a la agasajada.
Mariana Garza señaló que para dar vida a Aldonza no sólo es necesaria la preparación que María tiene, estudió en la Royal Central School Speech and Drama de Londres; sino todo el corazón y mucha inteligencia emocional que ella trae desde la cuna.
Con un ramo de flores en mano el actor Jesús Ochoa hizo acto de presencia en el escenario y le dedicó unas palabras a Penella. "Es un honor compartir este padrinazgo, no trajimos bolo - dijo Ochoa y en ese momento una moneda fue lanzada al escenario - yo empecé la obra y dije, no, no es Aldonza, pero terminé gritando es Dulcinea, felicidades maravillosa".
Entre el público se encontraba parte de su familia, como su madre Marcel y su tío Roberto Gómez Fernández, quienes al igual que el resto del público se puso de pie para aplaudir la actuación de toda la compañía y en especial la de María Penella.

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