Las devastadoras inundaciones en el sur de Brasil han provocado la muerte de al menos 76 personas, mientras que otras 103 permanecen desaparecidas, informaron las autoridades este domingo al mediodía.

El estado de Rio Grande do Sul, fronterizo con Argentina y Uruguay y el más afectado por las lluvias, reportó 75 muertes en el último balance, mientras que el vecino estado de Santa Catarina registró un fallecimiento.

Además, las autoridades están investigando si otras seis muertes están relacionadas con la tragedia climática que azota el sur del país desde inicios de semana y que ya es considerada como el peor desastre natural de la historia de la región.

Las inundaciones han causado el desplazamiento de decenas de miles de personas; 88.019 habitantes han tenido que dejar sus casas y trasladarse a las de familiares y amigos, mientras que 16.609 han encontrado alojamiento en refugios públicos.

En Rio Grande do Sul, con una población de 11 millones de personas, unos 421.000 domicilios permanecen sin energía eléctrica hasta esta mañana, y 115 municipios carecen de servicios de telefonía e internet.

En cuanto a las vías de comunicación, todavía hay 61 carreteras con bloqueos totales y parciales debido a la crecida de los ríos.

El nivel del río Guaíba, cuyas aguas han inundado el centro histórico de la capital regional de Porto Alegre, una ciudad de 1,3 millones de habitantes, volvió a crecer la mañana de este domingo hasta 5,33 centímetros, su mayor marca de la historia.

Por otra parte, el aeropuerto internacional de la ciudad, que cerró en la noche del viernes después de que la inundación alcanzara sus pisas de despegue y aterrizaje, permanece clausurado.

Después de visitar la región el jueves, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, viajó otra vez este domingo a Rio Grande do Sul para sobrevolar las poblaciones afectadas y dar seguimiento a la respuesta a la emergencia, para la cual el Gobierno ha desplegado a un millar de militares en apoyo al Ejecutivo regional.

Las autoridades de Rio Grande do Sul han advertido que, pese a la reducción de las precipitaciones durante el fin de semana, todavía se espera que las inundaciones continúen varios días.

El sur de Brasil ha sufrido en el último año una serie de eventos climáticos extremos asociados al fenómeno de El Niño, que provoca un aumento de las precipitaciones en esta parte del país.

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