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Cerca de 7.3 millones de hogares en Estados Unidos son compartidos por parejas no casadas, mientras que hay 61 millones de matrimonios cohabitando un mismo lugar, asegura la Oficina del Censo del país.

Ser parte de estas estadísticas es un proceso bastante complicado que requiere paciencia para unir dos mundos diferentes bajo un mismo techo.

Mudarse con alguien, específicamente con la pareja, es algo nuevo y un hecho importante que vale la pena considerar detenidamente para no ir directamente al fracaso.

Factores como los diferentes horarios, costumbres y gustos en general puede complicar el proceso de mudanza.

Por ello, consultó con el arquitecto Greg Horen para que hablara sobre la planificación y las maneras de obtener éxito durante una transición de dicha dimensión.

Horen cuenta que enfrentó algunos problemas al momento de mudarse con su novia en un departamento de dos habitaciones en la ciudad de Chicago.

La mudanza se complicó por las fechas de mudanza, al final él se fue a vivir con ella por un periodo a un estudio mientras solucionaban el asunto.

Una vez juntos, la pareja debió establecer pautas de limpieza, se dividieron las tareas equitativamente para evitar conflictos en su relación.

Además aprendieron a comunicar sus necesidades y a establecer sus alcances financieros, por ejemplo, si se iban a quedar con el alquiler o a largo plazo iban a adquirir la propiedad.

Entre otros hechos, un experto de MakeSpace sugiere que los objetos que no se necesitan o están duplicados pueden ser almacenados o regalados para aligerar el espacio de la vivienda.

Como estos caminos mejoran el proceso de mudanza, el sitio web lanza otros más que prometen mejorar la calidad de vida en pareja bajo el mismo techo.

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