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En Estados Unidos los faros son puntos históricos y de leyendas. Existe una gran variedad en el país, y están distribuidos en costas y lagos para alumbrar a las embarcaciones a sus destinos, sin embargo, unos más terroríficos que otros, comparten historias de sus primeros habitantes y de los espectros que en ellos habitan en la actualidad.

Algunos de estos icónicos lugares son escenario de cuentos fantasmagóricos de acuerdo con el sitio angelghosts.com.

El faro del puerto de Fairport, a las orillas del Lago Erie en Ohio, fue construido en la boca del Río Grande y por eso es más conocido por el nombre de 'La luz del Río Grande' que guiaba a las embarcaciones dentro y fuera del área de los grandes lagos.

El primer encargado del faro, Samuel Butler, permitió a los esclavos de color a refugiarse en el faro en su paso hacía Canadá donde estarían a salvo. El segundo cuidador, el capitán Joseph Babcock, se encontraba muy apegado al faro pues fue el primero en cuidarlo después de la reconstrucción. Él vivía ahí con su esposa y ahí nacieron sus hijos y uno de ellos murió siendo aun muy pequeño de varicela.

La señora Babock no pudo superar la pérdida y cayó enferma, nunca se levantaba de la cama y su única obsesión era adoptar gatos. Así que el fantasma que se aparece en el faro es el de un gato y se ve como hecho de humo.

El faro Currituck en las playas de Corolla en Carolina del Norte dicen ser la casa o más bien la recamara donde habitan varios fantasmas.

Al lado del faro la casa de dos pisos estilo victoriano era el hogar de los cuidadores. Esa era la recamara de la hija de uno de los cuidadores que murió ahogada por jugar sola muy cerca del agua, pero los rumores dicen que ella no es el fantasma sino que más bien fue la victima del fantasma.

La esposa del cuidador anterior murió de tuberculosis en ese mismo cuarto. Al parecer algunos trabajadores de mantenimiento del faro se rehusaban a entrar a la habitación pero nadie les había comentado de las apariciones. Ahora los empleados actuales tienen prohibido hablar del faro y sus leyendas fantasmales para no espantar a la clientela.

En el faro del puerto de Boca Grande, en la isla de Gasparilla en la Florida, se cuenta la historia de una princesa que rechazó a un hombre, él le cortó la cabeza y enterró su cuerpo en la playa donde el faro fue edificado tiempo después. Se dice que el pirata se llevó  la cabeza de la princesa con él.

El Faro del Río Blanco en Michigan fue hogar del capitán Williams y su esposa Sara, uno de sus hijos fue su sucesor pero el padre se negó a irse y trabajó ahí hasta que cumplió 80 años.

Hay un cementerio muy cerca del faro de San Agustín y los vecinos ya han llegado a acostumbrase a ver fantasmas todo el tiempo y a escucharlos quejarse.

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