Tormentas de arena provocaron hospitalizaciones, cierres de escuelas y perturbaciones del tráfico aéreo el martes en varios países de Oriente Medio.

Una tormenta de arena envolvió el martes la capital de Arabia Saudita y otras regiones, dificultando la visibilidad y perturbando el tráfico vial.

Una espesa neblina gris hizo que edificios emblemáticos de Riad, como el rascacielos Centro del Reino, fueran casi imposibles de ver desde más de unos cientos de metros, aunque no se anunciaron retrasos ni cancelaciones de vuelos.

Condiciones similares eran observadas en otros países del Golfo como Bahréin, Catar y Emiratos Árabes Unidos.

El fenómeno no es raro en una región conocida por sus desiertos, pero su frecuencia aumentó en los últimos meses, alimentado por sequías y bajas precipitaciones relacionadas con el cambio climático.

El centro de meteorología saudita pronosticó "vientos superficiales polvorientos" en el este y en Riad, "que reducen la visión horizontal", según la agencia de prensa oficial.

Además, la cadena de televisión estatal Al-Ekhbariya informó que 1,285 personas fueron admitidas en´los servicios de urgencias de los hospitales y centros de salud de Riad por dificultades respiratorias.

También se esperaban tempestades más al oeste, en las ciudades sagradas de La Meca y Medina, según el pronóstico.

Las señales electrónicas a lo largo de las autopistas de Riad advertían a los conductores que debían reducir su velocidad debido a la menor visibilidad.

En el centro de Riad, la arena se acumuló en coches y edificios, y los residentes se esforzaron por mantenerla fuera de sus casas.

En algunas partes de Arabia Saudita suelen producirse tormentas de arena entre marzo y mayo, con una intensidad variable.

El vecino Irak ha experimentado ocho tempestades de arena desde mediados de abril.

La última provocó el lunes la hospitalización de cerca de 4.000 personas por transtornos respiratorios, y el cierre del aeropuerto a causa "de una visibilidad de 300 metros", así como escuelas y administraciones públicas en todo el país.

En Bagdad, los techos, los autos e incluso los muebles en las casas estaban cubiertos por una capa de arena amarilla muy fina.

En Irán, las administraciones, las escuelas y las universidades estaban cerradas este martes en varias provincias a causa de las tempestades de arena, según los medios estatales.

En Kuwáit, el tráfico aéreo fue suspendido durante una hora y media el lunes, y el tráfico marítimo en los tres puertos siguió suspendido el martes en la tarde. El ministerio de Educación anunció la reapertura de las escuelas el miércoles.

La frecuencia de las tormentas aumentó en los últimos meses en la región

La llegada de masas de aire seco y frío fuera de temporada contribuyen a la proliferación de las tormentas de arena en el este de Siria e Irak "y luego su transmisión hacia la península arábica", dijo a la AFP Hassan Abdallah, del centro meteorológico WASM, en Jordania.

Cuando llegan a Arabia Saudita, las tempestades tienden a perder intensidad, agregó.

La agravación del fenómeno se explica por varios factores, como el bajo nivel de las aguas del Tigris y del Éufrates, la fluctuación de las precipitaciones anuales y el deterioro de los suelos, agregó.

Para enfrentar el problema, los países de la región deben sembrar más árboles y "emprender con urgencia medidas contra el bajo nivel Tigris y del Éufrates", señaló Hassan Abdallah.

"Trabajar en el exterior es muy difícil a causa del polvo, pero la obra debe ser entregada hoy", afirmó a la AFP un obrero paquistaní que dijo llamarse Kalimullah. "Trato de lavarme el rostro con frecuencia", agregó.

"Las tempestades de arena son parte de nuestra cultura, estamos habituados, pero algunas son violentas", constató Abdullah Al-Otaibi, empleado saudita, quien se apresuraba a entrar a su oficina frotándose los ojos.

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