Para muchos, el yogur griego es la base de un desayuno o de una colación saludable, gracias a las evidencias científicas que respaldan sus

En estricto sentido de la palabra, el yogur griego no es un yogur como tal, ya que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) dice que deben contener S. thermophilus y L. bulgaricus para que lo sea. Sin embargo, sigue siendo un alimento con “culturas vivas y activas”.

Beneficios de comer yogur griego, según Harvard

El yogur griego es un alimento rico en nutrientes que llena al cuerpo de proteínas, calcio y magnesio, destacan los expertos en alimentación y nutrición de ; aproximadamente tiene casi el doble de proteínas que un yogur convencional.

Y eso no es todo, este rico alimento también es una bomba de vitaminas como la B12 y algunos ácidos grasos claves para que el cuerpo esté sano y funcione óptimamente; cuando se combina con otros elementos sanos, los beneficios se multiplican, como frutas de temporada o cereales integrales.

Al yogur griego se le atribuye la pérdida de peso y control de éste mismo, principalmente porque es parte de una dieta equilibrada y hábitos sanos, aunque no hay evidencia clara sobre que haga por sí solo todo el trabajo.

Aunado a esto, debido a su alta cantidad de proteínas, el yogur griego mantiene la sensación de saciedad prolongada, lo que ayuda a comer menos.

Harvard explica que el yogur griego es rico en probióticos, organismos similares a los que tiene el intestino, que protegen el aparato digestivo, regula la función intestinal y mejora los síntomas del síndrome del intestino irritable y ciertos tipos de diarrea.

Sus bacterias vivas ayudan a reducir las posibilidades de desarrollar varias enfermedades crónicas: “Se ha propuesto que un número menor de algunas cepas bacterianas en el cuerpo puede influir en el riesgo de ciertas enfermedades, incluidas la obesidad, la diabetes tipo 2, el síndrome del intestino irritable y enfermedades inflamatorias crónicas como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y la enfermedad reumatoide. artritis”, explican los .

Dato curioso. El yogur griego no se originó en Grecia; una empresa comenzó a vender su versión de yogur colado o straggisto, básico en Grecia. Después, varias empresas europeas y americanas comenzaron a imitar el producto, aunque con ciertas variaciones que originaron el tipo de yogur del que hablamos.

Su nombre fue registrado y popularizado a nivel mundial por la industria láctea de Gran Bretaña.



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