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Abogado de profesión, es luchador por convicción y taquero por tradición, tres facetas que le dan forma a la vida del enmascarado, oculto tras la capucha, pero siempre libre ante su clientela.
Sobre el ring, es un personaje que empieza a dar sus picotazos y entrena con el Último Guerrero; fue alumno de Súper Bolido, Arturo Beristain y Charrito de Oro, "también soy abogado y tengo mi puesto de tacos que va creciendo a la par de mi carrera".
El Gallo Gaz surgió a partir de un personaje del vocalista de Café Tacuba, lo inspiró un gorrito de gallo que alguna vez usó y de ahí diseñó su máscara. Empezó a entrenar a los 10 años y tiene cuatro como luchador, "soy rudo por naturaleza pero con los clientes siempre limpio".
Tacos con historia. De buen tonelaje, el Gallo es el vivo ejemplo de que lo de tripa de la calle Alhóndiga son efectivos, él mismo se pone el delantal y cuida cada detalle para que el sabor sea inigualable. "¿Bien doraditos jefa?", pregunta sin rudeza, al tiempo de darle vida a la orden con su cebollita y cilantro, rematando con una salsa roja que se antoja.
La historia de estos tacos tienen más de siete décadas, empezó su abuelo, luego su padre y junto a sus hermanos integra la tercera generación de taqueros, "el chiste es que la tripa esté bien doradita, el sabor y el picante", comparte. "Sólo que como decía mi abuela, es un secreto y nos lo vamos a llevar".
Pero no es tan egoísta, suelta un poco de sabrosa fórmula, "la tripa se lava muy bien, se hierve, se le pone sus condimentos y al final se fríe. La tripa se coce desde la cinco de la mañana, clave para darle el sabor".