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Eso explicó el delirio desatado tras el silbatazo final del árbitro Marco Antonio Ortiz.
Meterse a zona de Liguilla es lo de menos para el Veracruz. El genuino motivo de festejo es que el dramático triunfo sobre el aún sublíder Monterrey (1-0) le ha acercado muchísimo a la salvación. Los dirigidos por Luna ya tienen cinco unidades de ventaja sobre el Morelia en la tabla de cocientes y a los Monarcas sólo les quedan seis por disputar.
Aire en su estado más puro otorgado por Egidio Arévalo. El volante de contención uruguayo aprovechó el error del guardameta Hugo González y la vivacidad de Ángel Reyna para anotar el gol de la alegría jarocha (14’). Circense remate que levantó de sus lugares a quienes estaban en el “Pirata”.
No era para menos. Salvo una catástrofe, el Veracruz es de Primera División.

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