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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dedicará su discurso de despedida del cargo, que ofrecerá este martes desde la ciudad de Chicago, a delinear los valores con los que cree que el país debe afrontar los desafíos futuros, según adelantó hoy la Casa Blanca.

Obama pasó el lunes preparando ese discurso, que dará 10 días antes de ser sustituido en la Casa Blanca por el presidente electo de EU, Donald Trump, en el centro de convenciones McCormick Place de Chicago, donde celebró su reelección en 2012.

El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, detalló que será un mensaje a "todo el pueblo" estadounidense, tanto los que votaron por él en 2008 y 2012 como aquellos que no.

Su intervención pretende ser "una sentida expresión de gratitud" a los estadounidenses por sus ocho años de mandato, pero también un repaso del "significativo progreso" logrado, de acuerdo con Earnest.

Pero, según el portavoz, fundamentalmente Obama quiere hablar de los "valores" que cree necesarios ante los desafíos venideros, entre ellos la justicia, la equidad o entender la "diversidad" como una de las fortalezas de Estados Unidos.

Obama ha elegido Chicago no solamente porque la considera su ciudad natal, ya que, pese a que vino al mundo en Hawai, allí conoció a su mujer y formó su familia, sino también porque es el lugar donde "realmente" comenzó su carrera de servicio público.

"El hilo conductor a lo largo de mi carrera ha sido la noción de que cuando la gente común y corriente se involucra, se compromete y se reúne en un esfuerzo colectivo, las cosas cambian para mejor", explicó Obama en su discurso sabatino, que usó para anticipar en lo que centrará su mensaje de despedida desde Chicago.

La historia de Estados Unidos ha sido escrita "en última instancia por generaciones de ciudadanos que de alguna manera trabajaron juntos, sin ostentación, para formar una unión más perfecta", recordó el mandatario saliente.

En los últimos ocho años, "juntos hemos convertido una economía que se estaba contrayendo y perdiendo puestos de trabajo en otra que está creciendo y creando empleos", subrayó como ejemplo.

También mencionó a los 20 millones de estadounidenses que ahora cuentan con un seguro médico gracias a su reforma sanitaria, así como la muerte en 2011 de Osama Bin Laden, exlíder de Al Qaeda, y el regreso a casa de la "mayoría" de las tropas enviadas a las guerras de Irak y Afganistán.

"Hemos inaugurado un nuevo capítulo con el pueblo de Cuba, cerrado el programa de armas nucleares de Irán sin disparar un solo tiro y unido al mundo en torno a un acuerdo climático que podría salvar al planeta para las generaciones futuras", repasó asimismo Obama.

"Mediante estas medidas y muchas más, hemos hecho de Estados Unidos un lugar mejor y más fuerte para las generaciones que siguen a la nuestra", concluyó.

La primera dama de EU, Michelle Obama, el vicepresidente Joseph Biden y su esposa, Jill, acompañarán al presidente en Chicago, pero no está previsto que intervengan, según comentó Earnest.

Muchos ciudadanos hicieron fila en la madrugada del sábado ante el centro de convenciones McCormick Place para conseguir las entradas gratuitas que se repartieron para presenciar en directo el discurso de Obama y que, de acuerdo con los medios locales, se agotaron de inmediato.

Los Obama planean seguir viviendo en Washington, en una mansión alquilada en el exclusivo barrio de Kalorama, hasta que su hija menor, Sasha, termine la educación secundaria en 2019.

Obama ha dado pocos detalles de a qué piensa dedicarse cuando abandone la Casa Blanca, pero sí ha comentado que le gustaría retomar de algún modo el tipo de trabajo que hacía antes de comenzar su carrera política en Chicago, donde fue trabajador social y organizador comunitario.

Por ello, se espera verlo involucrado en iniciativas de reforma del sistema de justicia penal, algo que ha intentado sin éxito desde la Casa Blanca, y de apoyo a jóvenes de minorías, así como en el proyecto de la biblioteca sobre su Presidencia que se va a construir en Chicago.

A corto plazo, lo que Obama quiere es "dormir durante dos semanas" y marcharse con su esposa de vacaciones, como él mismo ha dicho.

Hoy el portavoz de la Casa Blanca señaló que el matrimonio planea escaparse de Washington "poco después" de los actos de investidura presidencial de Trump.

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