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El plazo legal para presentar la declaración anual de personas físicas correspondiente al ejercicio 2024 venció el miércoles 30 de abril. Sin embargo, miles de contribuyentes en México no lograron cumplir en tiempo, lo que ha generado una oleada de dudas respecto a las consecuencias fiscales y las alternativas para regularizarse.
Aunque no se emitió una prórroga oficial, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) permite que las personas físicas presenten su declaración incluso después de la fecha límite, aunque bajo la clasificación de extemporánea.
Presentar una declaración fuera de plazo implica asumir ciertos riesgos
El SAT contempla multas que oscilan entre los $1,400 y $17,000 pesos, además de posibles recargos si existe saldo a cargo. También se puede bloquear temporalmente la devolución automática de impuestos, en caso de que el contribuyente esperara un saldo a favor.
Pese a ello, el criterio técnico de la autoridad fiscal es claro: es preferible declarar tarde que no hacerlo, ya que la omisión definitiva puede derivar en sanciones más severas, incluyendo auditorías, requerimientos formales y acumulación de adeudos fiscales.
El proceso para declarar de forma extemporánea no difiere técnicamente del ordinario
El contribuyente debe ingresar al portal oficial del SAT, acceder a la sección de declaraciones y seleccionar el ejercicio fiscal 2024. Desde ahí, podrá capturar o revisar los datos precargados por el sistema, incluyendo ingresos por salarios, deducciones personales, intereses u otros conceptos, y generar su línea de captura para el pago correspondiente, si así lo indica el sistema.
Las plataformas permanecen operativas tras la fecha de vencimiento, aunque ya no se puede utilizar el minisitio temporal que el SAT habilita durante la campaña anual.
Uno de los puntos clave es que los recargos aplican únicamente cuando existe un monto a pagar. Es decir, si el contribuyente tiene saldo a favor, no hay penalización financiera directa, aunque sí podría sufrir retrasos en la devolución automática del dinero.
En cambio, si la declaración revela un adeudo, ese importe es considerado un crédito fiscal vencido y, por tanto, genera recargos hasta que se liquide. En caso de haber recibido una notificación oficial del SAT antes de declarar, se suma la posibilidad de una multa por requerimiento no atendido.
Por ahora, el SAT no ha emitido un pronunciamiento específico sobre una eventual condonación de multas por presentaciones tardías, como ha ocurrido en años anteriores. No obstante, continúa abierta la plataforma digital para que los contribuyentes puedan ponerse al día y evitar mayores consecuencias.
La recomendación de los expertos fiscales es clara: regularizarse lo antes posible y evitar acumular responsabilidades que puedan escalar hacia procesos formales o judiciales.
Presentar tarde no es lo ideal, pero sí es posible
La cultura fiscal en México sigue evolucionando, pero aún enfrenta retos estructurales que se manifiestan cada año durante la campaña de declaración anual.
La saturación de sistemas, la falta de educación tributaria y la complejidad técnica de los procesos hacen que miles de contribuyentes queden fuera del plazo.
Esta situación obliga a repensar el modelo de cumplimiento, no solo desde una perspectiva tecnológica, sino también pedagógica. El SAT ha avanzado en simplificar sus plataformas y ofrecer datos precargados, pero eso no basta cuando gran parte de la población no domina los conceptos fiscales básicos.
El hecho de que la autoridad permita declaraciones extemporáneas es pragmático y necesario. Sin embargo, también representa una oportunidad para revisar el impacto real de las sanciones.
Las multas pueden ser considerables para contribuyentes con ingresos medios o bajos, lo que podría desalentar el cumplimiento voluntario. Una política más orientada a la pedagogía fiscal, con incentivos por cumplimiento puntual y campañas personalizadas de recordatorio, podría generar mejores resultados que el castigo económico puro.
Además, en un contexto de creciente fiscalización digital, los contribuyentes que demoren su cumplimiento corren el riesgo de quedar bajo la lupa automatizada del SAT.
Las herramientas de cruce de datos, inteligencia artificial y monitoreo de facturación electrónica permiten detectar inconsistencias con rapidez. Por eso, quienes no declaren no solo enfrentan multas, sino también una mayor probabilidad de auditorías futuras, aún sin que exista una sospecha previa de evasión.
Finalmente, conviene recordar que la declaración anual no es solo una obligación, sino también una oportunidad.
Para quienes tienen deducciones personales, gastos médicos, educativos o donativos, puede representar un reembolso sustancial si se presenta en tiempo y forma. Perder esa oportunidad por desconocimiento o descuido es, en última instancia, un costo innecesario en un entorno donde cada peso cuenta.
La extemporaneidad no debe normalizarse, pero sí entenderse como una válvula de escape que debe utilizarse con responsabilidad y sin esperar indulgencia eterna de la autoridad.