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En Estados Unidos, un candidato a la presidencia puede ganar la mayoría de votos populares y aún así perder las elecciones. ¿Por qué?

Esto se debe a que el país tiene un sistema de elección presidencial indirecta. No es el voto popular quien define al ganador, sino un conformado por 538 electores.

En las urnas, los ciudadanos no eligen directamente a un candidato, sino “a compromisarios o electores dentro de cada estado cada estado que emitirán votos electorales en su nombre”, explica .

La mayoría de los estados conceden todos sus votos electorales al candidato que gana la mayoría absoluta de los votos populares (voto del ciudadano) en el estado. Sin embargo, no hay una ley que obligue a los electores o compromisarios a votar por el candidato que representan.

Un demócrata puede cambiar su voto de último momento por el candidato republicano o viceversa. Aunque, la mayoría de las veces, el elector respeta el voto popular de la región que representa.

Hay 538 votos electorales en juego. Para ganar las elecciones, el candidato deberá obtener una mayoría absoluta de votos electorales (270) que no siempre coincide con el voto popular.

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Ganaron el voto popular y perdieron las elecciones 

En cinco ocasiones en la historia de Estados Unidos, el candidato con más votos populares no ha resultado electo presidente. El caso más reciente es el de Hillary Clinton en 2016.

Año 1824Andrew Jackson obtuvo 38,000 votos populares más, pero John Quincy Adams fue elegido presidente.

Año 1876. J. Tilden consiguió 264,000 votos populares más, pero Rutheford B. Hayes ganó la presidencia debido a que tuvo el apoyo casi unánime de los estados pequeños y se llevó sus electores.

Año 1888. Benjamin Harrison fue elegido presidente con menos votos populares que Grover Cleveland. “Los votos de este último provenían casi en exclusiva del sur, por lo que el sistema cumplió su misión de prevenir la victoria de un candidato apoyado sólo por una región del país”, explica Hispanic Council.

Año 2000. En un caso más reciente, el demócrata Al Gore superó al republicano con casi 450,000 votos populares, pero sólo sumó 266 votos electorales. George W. Bush llegó a la Casa Blanca con 271 votos electorales gracias a que ganó Florida, estado que en ese entonces daba 25 votos.

Año 2016. La demócrata Hillary Clinton perdió la oportunidad de ser la primera presidenta de Estados Unidos aunque sumó 1,752,899 más votos populares que.

Trump venció a Clinton por 306 votos electorales frente a 232 debido a que obtuvo la victoria en estados disputados como Florida, Arizona, Colorado, Iowa, Nuevo Hampshire, Ohio, Maine, Michigan, Minnesota, Nevada, Carolina del Norte, Wisconsin y Pensilvania.

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¿Cuál es el balance entre voto popular y electores?

Para equilibrar la balanza entre voto popular y número de electores, cada estado recibe un número determinado de electores, según la representación proporcional que tiene en el Congreso.

Por ejemplo. California tiene 55 electores y Vermont sólo 3. Por eso es tan importante ganar los estados “grandes” como California, Florida, Nueva York, Illinois o Texas, pues concentran la mayoría de electores.

“La mayoría de los estados (48) conceden todos sus votos electorales al candidato que gana la mayoría absoluta de los votos populares (50+1) en el estado”, explica Hispanic Council.

Maine y Nebraska tienen una variación de representación proporcional.

Hay estados que durante años han afianzado su inclinación por el partido republicano (Texas) o por el partido demócrata (California). Por eso, muchas veces los candidatos dedican más tiempo de su campaña en estados indecisos o swing states.

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