Los depósitos correspondientes al bimestre mayo-junio 2025 del programa federal Pensión para el Bienestar están programados para iniciar entre el viernes 2 y el lunes 5 de mayo, de acuerdo con estimaciones basadas en la operatividad de ciclos anteriores.
Debido al feriado oficial del 1 de mayo por el Día del Trabajo, esa jornada quedó descartada para el inicio de pagos. Como es habitual, la Secretaría del Bienestar distribuirá los recursos de manera escalonada según la letra inicial del primer apellido del beneficiario, una logística que busca evitar aglomeraciones y facilitar la atención bancaria.
Más de 12 millones de adultos mayores forman parte de este programa social, uno de los más robustos en la política de transferencias directas del actual gobierno federal.
El monto para los adultos mayores se mantiene en 6,200 pesos por bimestre, mientras que las personas con discapacidad reciben 3,200 pesos. Todos los depósitos se realizan directamente a las tarjetas del Banco del Bienestar, muchas de las cuales fueron renovadas o entregadas recientemente, lo que permite que los pagos lleguen de forma más eficiente y segura.
Sin embargo, existen excepciones relevantes en el calendario. En los estados de Veracruz y Durango no se realizarán depósitos durante el mes de mayo debido a la veda electoral, medida obligatoria en periodos de comicios locales.
Para evitar que los beneficiarios se vean afectados, el Gobierno de México adelantó en marzo el pago correspondiente a los bimestres marzo-abril y mayo-junio, transfiriendo un total de 12,400 pesos por persona en esas entidades. Esta estrategia busca asegurar la continuidad del apoyo sin interferir en el proceso electoral.
Las autoridades del programa han reiterado que es crucial que los beneficiarios consulten exclusivamente los canales oficiales antes de acudir al banco o realizar cualquier gestión.
El respeto al calendario de pago, el resguardo del NIP y datos personales, y la verificación del saldo a través de los medios autorizados, son recomendaciones claves para evitar fraudes o contratiempos.
También se sugiere mantener la información personal actualizada en los módulos del Bienestar para evitar retrasos o inconsistencias en los depósitos.
La Pensión para el Bienestar, con más de 12 millones de beneficiarios activos, se ha consolidado como un pilar de la política social del Estado mexicano.
Su implementación regular, la entrega directa a través de tarjetas bancarias y la estandarización de montos permiten no solo eficiencia administrativa, sino también previsibilidad para millones de familias que estructuran su economía en torno a esta transferencia.
Sin embargo, el desafío logístico de sostener una red de pagos tan amplia en contextos variables, como las elecciones, pone a prueba la capacidad operativa del sistema.
El adelanto de pagos en estados con veda electoral, como Veracruz y Durango, es una solución práctica, pero también evidencia cómo las transferencias sociales han ganado centralidad política en los territorios.
Si bien los pagos fueron doblemente anticipados para no violar la normativa electoral, este tipo de ajustes deben estar acompañados de una transparencia absoluta en la comunicación oficial para evitar especulaciones o confusión entre beneficiarios. La puntualidad del pago no es solo un compromiso financiero, es un acto de gobernabilidad.
Otro elemento que merece atención es la necesidad de robustecer los mecanismos digitales del Banco del Bienestar y del portal oficial.
A medida que más adultos mayores se familiarizan con la tecnología, se vuelve imprescindible fortalecer plataformas amigables, accesibles y seguras para la consulta de saldos y estados de cuenta.
En paralelo, debe mantenerse la atención presencial para quienes aún dependen del acompañamiento físico. La combinación de ambas rutas será clave para una gestión inclusiva y eficaz del programa.
Por último, este bimestre será un test importante en la gestión de transferencias masivas sin contratiempos en medio de procesos electorales locales.
Cualquier error de coordinación podría ser interpretado políticamente. Por ello, la administración debe demostrar que el programa Pensión Bienestar no es solo una política de justicia social, sino también una estructura institucional sólida, ajena a improvisaciones y sensible a la dignidad de quienes la reciben.