La lista de especies exóticas invasoras dañinas para la biodiversidad de Florida (EE.UU.) tiene ahora un nuevo visitante: la rana de "garras tropicales", un anfibio originario del África occidental que representa un nuevo peligro para el ecosistema acuático del estado.

Científicos del Instituto de Ciencias Agrícolas y Alimentarias (IFAS), dependiente de la Universidad de Florida (UF), han alertado del peligro que entraña esta especie de rana con "garras" potencialmente invasiva que fue descubierta por primera vez en 2014 en el área de la ciudad de Tampa, en la costa oeste floridana.

Una nueva investigación del IFAS confirma que se trata de la "rana de garras tropicales" y que podría convertirse en una grave amenaza para los frágiles ecosistemas acuáticos de Florida al competir con especies nativas por alimentos.

"La invasión de esta la rana representa otra perturbación de los ecosistemas acuáticos de Florida, en particular los del sur, que ya son vulnerables debido a la destrucción del hábitat, la contaminación, las especies invasoras y las enfermedades", alertó en un blog de la UF Christina Romagosa, profesora de Ecología y Conservación de la Vida Silvestre. 

Este es el primer informe de esta especie de rana fuera de su área nativa en África occidental, y los expertos temen que continúe propagándose a otras partes del estado, hasta superar a las especies nativas.

Las ranas denominadas de garras tropicales son comedores voraces, principalmente de insectos.

Sin embargo, a veces comen renacuajos y ranas jóvenes de otras especies, por lo que además de la amenaza directa como depredadores, se teme que estas ranas invasoras superen a las ranas nativas en la lucha por los recursos y el hábitat.

Además, las ranas de garras tropicales pueden portar patógenos que son potencialmente peligrosos para otras especies de ranas, aunque inocuos para los seres humanos.

El hecho de que puedan propagarse, extenderse por toda Florida, como ha sucedido en otros países, preocupa a los científicos.

En cuanto a sus "garras", estas son afiladas pero muy pequeñas, por lo que la gente no tiene nada que temer.

"Las usan para triturar y romper presas más grandes. Además, las ranas son casi en su totalidad acuáticas, por lo que normalmente solo vienen a la tierra para moverse de un estanque a otro. Esto significa que las posibilidades de que una persona se encuentre con una en la actividad diaria normal es relativamente baja", agregaron los científicos. 

Como regla general, señaló el IFAS en su blog, se necesita mucho dinero para controlar las especies no nativas. De hecho, Estados Unidos gasta alrededor de 120.000 millones al año en su control y mitigar los daños, y el estado de Florida invierte unos 45 millones anuales.

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