La sigue siendo el tratamiento estándar para millones de pacientes con cáncer en todo el mundo, pero en muchos casos, su efectividad es incierta desde el inicio. Ahora, un grupo de científicos ha desarrollado un test de ADN que podría cambiar ese paradigma, al predecir si un paciente responderá o no a los fármacos más comunes.

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El estudio, publicado en Nature Genetics, fue liderado por Geoff Macintyre, oncólogo computacional del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en España, en colaboración con la Universidad de y la startup Tailor Bio.

¿Qué tan efectiva es la quimioterapia?

Según estimaciones médicas, entre el 20 % y el 50 % de los pacientes no obtiene ningún beneficio real de los regímenes de quimioterapia convencionales.

Aun así, estos tratamientos se aplican de manera generalizada, provocando efectos secundarios severos como:

  • náuseas
  • pérdida de cabello
  • neuropatías
  • debilidad

El nuevo test se basa en la inestabilidad cromosómica, un rasgo típico de los tumores en el que el ADN sufre alteraciones masivas. Aunque ese caos genético parece aleatorio, los investigadores han identificado “firmas” o patrones que predicen cómo reaccionará un tumor a ciertos medicamentos.

¿Cómo funciona este test de ADN para medir la efectividad de la quimioterapia?

La herramienta analiza 17 de estas firmas genómicas para anticipar la resistencia a tres de los grupos de fármacos más usados en quimioterapia:

  • platinos
  • taxanos
  • antraciclinas

El proceso solo requiere una biopsia estándar —o incluso una muestra de sangre en algunos casos— y genera un informe que clasifica cada tratamiento como “sensible” o “resistente” para el paciente.

“Hemos encontrado la forma de convertir la quimioterapia convencional en medicina de precisión”, afirmó Macintyre.

¿Cómo saben que funciona el test de ADN para medir la efectividad de la quimioterapia?

En el estudio participaron 840 pacientes con cáncer de mama, ovario, próstata y sarcomas. Aquellos que el test identificó como resistentes al taxano fracasaron hasta siete veces más rápido que los clasificados como sensibles. En el caso de cáncer de ovario, los pacientes resistentes a platino recayeron 45 % más pronto.

El test ya fue probado también en un entorno clínico real, en la cohorte OV04 de Cambridge, confirmando su capacidad para predecir la respuesta a los tratamientos, incluso bajo los más altos estándares de atención médica.

Lo que podría ayudar a evitar ciclos inútiles de quimioterapia no solo protege a los pacientes de un sufrimiento innecesario, también libera recursos para ofrecer terapias más efectivas como la inmunoterapia, agentes dirigidos o ensayos clínicos.

A gran escala, el modelo podría ahorrar cientos de millones de dólares al año al evitar medicamentos costosos y sus efectos colaterales.

Además, el test se diseñó para integrarse fácilmente en los flujos clínicos existentes. En el 93 % de los casos, los resultados del test coincidieron con los obtenidos por paneles genéticos ampliamente usados, como el Illumina TruSight Oncology 500.

Actualmente, el test se está validando en el Hospital Universitario 12 de Octubre en Madrid, con el objetivo de estar listo para ensayos clínicos prospectivos hacia 2026.

¿Cuándo llegara este test de ADN al resto del mundo?

Aunque los resultados son prometedores, aún se necesitan estudios aleatorizados que confirmen la utilidad del test en la práctica clínica, especialmente en tipos de cáncer menos estudiados como los sarcomas. Otro reto será sortear los caminos regulatorios, ya que no hay laboratorios farmacéuticos directamente interesados en patrocinar pruebas que orientan el uso de medicamentos ya aprobados.

Aun así, si las próximas etapas de validación confirman su eficacia, oncólogos de todo el mundo podrían contar pronto con una herramienta que transforme la quimioterapia de una apuesta incierta a una decisión informada y personalizada.

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