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Austin, un adolescente de la comunidad de Ely, en Nevada, sufrió graves lesiones por la explosión de un cigarro electrónico justo en su boca.

Aunque sólo tiene 17 años, ya sentía una gran adicción por el tabaco y quiso optar por una alternativa, el vaping. Adquirió un cigarro de la empresa VGOD, con ayuda de su madre. Cuando comenzó a utilizarlo, le explotó y le provocó daños en el rostro.

Los médicos del Hospital Infantil de Salt Lake City, ubicado a cinco horas del hogar de la familia, diagnosticaron quemaduras alrededor de los labios, una fractura en la mandíbula y varios dientes caídos.

La historia del joven fue difundida, como parte de un de la doctora Katie W. Russell, en la , quien participó en el equipo de médicos de Austin.

La cirujana compartió una imagen y un escáner que muestran los primeros resultados de las heridas del joven.

Foto: Katie W. Russell/NEJM

El joven comenzó a mostrar avances a las seis semanas y después de un año de lo ocurrido, sigue a la espera de obtener implantes en los dientes. Además, logró dejar de fumar, después de todo el proceso médico por el que tuvo que pasar, de acuerdo con .

El vaping, o consumo de cigarros electrónicos, se ha convertido en un problema de salud entre los adolescentes de los Estados Unidos, pues su consumo abarca hasta los jóvenes que nunca habían fumado tabaco.

Además de ser un riesgo por provocar adicción, estos aparatos son propensos a estallar y herir a los consumidores. Hasta el momento no se ha detectado la causa exacta, pero se sospecha que es por la batería de litio con la que cuentan.

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