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La diabetes de tipo II ya no es exclusiva de los adultos. Recientes investigaciones han encontrado que cada vez son más niños y adolescentes diagnosticados con esta enfermedad.

El estudio titulado descubrió un aumento del 4.8 por ciento de casos diagnosticados de diabetes tipo II cada año desde 2002 hasta 2012.

Entre los factores que contribuyen a este aumento se encuentra un estilo de vida sedentario, alimentos procesados y menos actividad física.

“Antes de la década de los 80, la diabetes tipo II era extremadamente infrecuente en niños y adolescentes”, señala la doctora Fran Cogen, directora del Programa de Diabetes Infantil y Adolescente del Sistema de Salud Infantil de Estados Unidos.

“La tasa ha aumentado a medida que nuestros estilos de vida se han vuelto cada vez más sedentarios, y hemos visto una explosión de opciones de comidas rápidas, con alto contenido de azúcar y procesados”.

A su vez, estos factores aumentan el riesgo de obesidad, el detonante más poderoso de la diabetes de tipo II en la infancia, adolescencia y adultez temprana.

Según señala el doctor Michael Freemark de la división de endocrinología pediátrica de Duke Health, Carolina del Norte, la obesidad suele continuar en la adolescencia y determinar el riesgo de diabetes tipo II de cuatro 28 veces en la adultez.

“No es sorprendente que el aumento global en la prevalencia de la diabetes tipo II infantil haya coincidido con un aumento dramático en la obesidad infantil”.

Ante esto, los expertos también han desarrollado teorías acerca de que la enfermedad se determina por medio de la genética.

“Hay ciertas personas o grupos de personas que están más predispuestas a desarrollar diabetes tipo II”, dice la experta Jennifer Olson del Hospital de Niños de la UCSF Benioff, Oakland, por ejemplo los nativos americanos, asiáticos, afroamericanos e hispanos son más vulnerables.

Los expertos sugieren tomar en cuenta los factores de la herencia genética y estilo de vida que aumenten las posibilidades de desarrollar esta enfermedad crónica y cuidar los factores de riesgo modificables.

“Es realmente toda la familia la que necesita hacer cambios saludables en términos de la elección de alimentos y el aumento de la actividad física”, menciona Olson para.

También es recomendable vigilar las señales de alerta que pueden ser un indicio de la enfermedad como un aumento de la sed, cambios en la orina, incontinencia urinaria y pérdida de peso inexplicable.

Si sospechas que tus hijos desarrollan estos síntomas, asegúrate de visitar a un especialista, explicar el porqué lo crees, solicitar revisiones o estudios correspondientes y medicación adecuada.

Recuerda que sólo ellos pueden ayudar a controlar el problema cuando está en desarrollo.

Para evitar preocupaciones con antelación, también toma en cuenta mejorar los hábitos y estilo de vida de los pequeños, así como también educarlos sobre la diabetes de tipo II a medida que crecen, si no desarrollan la enfermedad durante las primeras etapas de la vida, sabrán cómo esquivarla en la adultez.

En la galería te dejamos con algunas formas de prevenir la aparición de diabetes desde la niñez.

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