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Bentley Yoder es un niño especial: cuando nació, su cerebro estaba fuera del cráneo y por tanto las expectativas de supervivencia eran pocas, de hecho le pronosticaron que fallecería unas horas después de nacer, sin embargo su caso ahora representa la esperanza y el avance médico cuenta un artículo publicado por The Washington Post.

Este bebé actualmente tiene siete meses de edad y aunque aún es notorio el defecto con el que nació, llamado encefalocele tiene una oportunidad de poder pasar más tiempos con sus padres Sierra y Dustin Yoder gracias a una cirugía que le realizaron en el Hospital Infantil de Boston, en Massachusetts.

Condición inusual

El Encefalocele es un defecto que consiste en una falla del tubo neural que hace que el cerebro se hernie, es decir que el tejido cerebral quede fuera del cráneo la página del Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés).

El defecto afecta al encéfalo (estructura del cuerpo compuesta por el cerebro, cerebelo y tallo cerebral) y afecta cada año a aproximadamente 375 bebés en territorio estadounidense.

El encefalocele ocurre cuando el tubo neural, que es un estrecho ubicado en la parte trasera de la cabeza no se cierra durante la tercera y cuarta semana del embarazo impidiendo que la columna vertebral y el encéfalo tengan un estado normal.

De acuerdo con el CDC esta condición no se puede prevenir y tampoco tiene cura; tampoco se conoce una causa concreta pero se tienen fundamentos de que es una condición hereditaria.

Cirugía reparadora

Después de que descartaran la idea de abortar a su futuro hijo, los Yoder se prepararon para el alumbramiento el cual ocurrió justo la noche de Halloween del 2015.

Conscientes de que el bebé no tendría muchas horas de vida, apenas salió del útero fue dado en brazos a su madre y padre quien tuvo oportunidad de cortar el cordón umbilical.

El recién nacido lloraba, se movía y lucía lleno de vida mientras que los padres estaban a la expectativa de que "pasara algo" cuenta el artículo del mencionado diario estadounidense.

Pero no pasó nada y después de cinco horas -y de que meses antes los médicos les dieran folletos sobre funerales- los papás preguntaron al personal qué harían a lo que les dijeron que podían irse a su casa y darle cuidados paliativos al pequeño Bentley.

Pero pasó más de un mes y aunque el pequeño tuvo infecciones en realidad gozaba de una salud "normal" además de que estaba vivaz.

Sierra y Dustin decidieron llevarlo con médicos de una clínica en Clevelanda y posteriormente al Hospital Infantil de Boston donde un grupo de neurocirujanos le practicaron un procedimiento mediante el cual trataron de reintroducir parte del cerebro herniado en el cráneo.

Le hicieron una remoción de tejido que no era necesario -membranas y huesos- y conservaron el material cerebral que daba muestras de ser utilizado por Bentley.

Los médicos fueron sinceros con los padres a quienes explicaron que la cirugía no iba a hacer que el infante tuviera una vida normal, sin embargo al percatarse de que sí tenía actividad y uso cerebral decidieron ponerla en marcha.

Sierra contó al The Washington Post que el bebé de cabello rizado y ojos azules salió tranquilo de la larga operación y que ahora sonríe, intenta tomar cosas y hasta balbucea.

Nadie sabe qué le depara a este niño -pues su cerebro y caso han sido excepcionales comparados con otros de encefalocele- pero los médicos creen que tendrá una vida gratificante, sólo hay que ir "paso a paso".

Vive USA comparte una galería de fotos retomadas del perfil de Facebook de Sierra Yoder y del Hospital Infantil de Boston.

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