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La sociedad juega un papel muy importante en la resolución de problemas. El modelo actual plantea que todos podemos convertirnos en pieza clave del cambio siempre y cuando tomemos como punto de partida medular el volcarnos en los objetivos personales para lograrlo y enfocarnos en las acciones particulares que debemos llevar a cabo para dar el siguiente paso, es decir la acción.

Las acciones individuales comienzan por la toma de conciencia sobre nosotros mismos, reconocer el valor que representamos al actuar en nuestro entorno y ante problemáticas como la contaminación, la corrupción o también de manera más particular, los proyectos de índole positiva como viajar, el plan de vida y carrera o inclusive, problemas personales que deben ser atendidos, como pueden ser de salud o algún tema financiero.

Un proyecto en el que seguramente todos hemos coincidido es viajar. ¿Cuántas veces al año soñamos con hacer un viaje que rompa la rutina, una escapada inolvidable y simplemente no sucede? La respuesta es que, como en muchos casos, se vuelve un tema que cae más en la planeación que en la acción. Solemos posponer y soñar con hacer, pero la realidad es muy diferente.

En México enfrentamos un problema que atañe tanto al esfuerzo de la sociedad, gobierno, empresas privadas y públicas, así como el esfuerzo individual de cada uno de nosotros. Nuestro país ocupa el primer lugar mundial en obesidad, el gobierno reaccionó con la “Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes”. Algunas empresas del sector privado por su parte, implementaron modificaciones sustanciales para sumarse a la causa.

Compañías como Bimbo y Nestlé reformularon sus productos para disminuir los niveles de sodio y azúcar en el primer caso, y adaptarlos a los niños en el segundo. O Coca-Cola, quien asumió el compromiso a nivel nacional de ofrecerle a sus consumidores una presentación sin calorías, además de ampliar la distribución de estas opciones, sumado al impulso de programas de educación física y nutrimental como “Ponte al 100”, cuyo objetivo es diseñar planes personalizados de ejercicio y alimentación que, en suma, representan parte de los esfuerzos de la industria respecto a este grave problema.

Es turno de la sociedad actuar en consecuencia con acciones como seguir las recomendaciones dadas a conocer por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que sugiere:

1) limitar la ingesta de calorías
2) añadir frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos a nuestra dieta
3) realizar actividad física.

La realidad es contrastante, el 56 por ciento de los mexicanos no realiza ejercicio y quienes sí lo practican, no lo hacen más de 4 horas a la semana, de acuerdo al Módulo de Práctica Deportiva y Ejercicio Físico (MOPRADEF) del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI). Sumado al hecho de que cada habitante consume tan sólo el 58 por ciento de las frutas y verduras que deberían estar incluidas en su dieta, de acuerdo a la Asociación Mexicana para un Comercio Justo (AMCJ). Lo que sirve para ilustrar parte del problema.

Este es tan sólo un ejemplo de cómo las acciones individuales, finalmente son las que definen el rumbo de los grandes cambios. Actuar, siempre tendrá más peso que simplemente planear. Los mejores resultados se obtienen sí, con planeación, pero sobre todo, llevando a cabo todo eso que planeamos a través del accionar individual.

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