Desde que son pequeños, los niños están encaminados a clases y estímulos cognitivos para “alcanzar el éxito en la etapa adulta”. Lo cierto es que no basta con cursar el preescolar, la primaria, secundaria, preparatoria y universidad para lograrlo.

Conforme avanzan los años, nos damos cuenta que el éxito radica en ser felices y no solamente en tener un buen trabajo. Según el Center on the Developing Child de Harvard, se trata menos de calificaciones y actividades extracurriculares y más de un conjunto básico de habilidades que ayudan a las personas a navegar los desafíos inevitables de la vida.

“Todas estas habilidades caen bajo lo que llamamos habilidades de función ejecutiva, que usamos para la autorregulación. La mayoría de las personas que tienen éxito y son felices en la vida tienen sólidas habilidades de funciones ejecutivas”, dice la pediatra Claire McCarthy

Por lo tanto, sugiere a los padres enseñar 5 habilidades que les servirán a los niños toda su vida:

-Planificación: ser capaz de hacer y llevar a cabo metas y planes concretos.

-Enfoque: la capacidad de concentrarse en lo que es importante en un momento dado.

-Autocontrol: controlar cómo respondemos no sólo a nuestras emociones sino también a situaciones estresantes.

-Conciencia: no sólo notar a las personas y situaciones que nos rodean, sino también comprender cómo encajamos.

-Flexibilidad: la capacidad de adaptarse a situaciones cambiantes.

Claire McCarthy explica que hay dos etapas cruciales para aprender y reforzar estas habilidades: la primera infancia (de 3 a 5 años) y la adolescencia/edad adulta temprana (de 13 a 26 años). Además anota que la mejor manera de aprender una habilidad es ejecutándola. Aquí sus consejos.

Planificación

Los padres apoyan a los niños a planificar sus metas, pero los adolescentes deben hacerlo por sí mismos. La experta sugiere guiarlos con el cumplimiento de sus tareas básicas: la tarea debe hacerse, necesitan dormir de siete a ocho horas y el ejercicio regular es importante. “Luego, deje que su adolescente descubra cómo hacerlo. Intervenga sólo si las reglas básicas se están rompiendo claramente de manera consistente”, recomienda.

Si dejan claras las reglas y la importancia de la planificación, podrá ser plenamente capaces de sostener proyectos a largo plazo, inscribirse solos a la universidad, desarrollar proyectos de investigación y planear las vacaciones. Es importante que tomen sus propias decisiones.

Enfocarse 

remarca que el uso de dispositivos electrónicos cada vez hace más difícil la concentración en todas las edades, por lo que aprender esta habilidad es más importante que nunca.

Los padres pueden enseñarla al establecer comidas sin pantalla y tiempo en familia con actividades como: cocinar, hornear, coser, tejer, dibujar, pintar o hacer jardinería.

Autocontrol

Parte importante de la felicidad es entablar relaciones sanas y esto implica autocontrol de las emociones. Reaccionar bien ante la ira o la frustración, marca la diferencia en nuestra vida.

“Recuerda que nuestros hijos siempre prestan más atención a lo que hacemos que a lo que decimos”, dice la pediatra Claire McCarthy. Para ayudar a un dolescente a aprender autocontrol, puedes:

Hablar sobre los sentimientos fuertes y estrategias para manejarlos como: respirar profundamente, alejarse de la situación, hablarlo, etc. Después es importante pensar qué se podría haber hecho diferente para cambiarlo la próxima vez.

Conciencia

Una persona debe aprender que sus acciones afectan a los demás y que no todo gira a su alrededor. Unirse a actividades de servicio comunitario como familia y mostrarles cómo pueden marcar la diferencia en sociedad los ayudará a ser útiles, productivos y felices en esos entornos.

Flexibilidad

“La vida presenta obstáculos todo el tiempo, y los adolescentes deben poder adaptarse. No sea demasiado rígido. Ayúdelos a priorizar y ver qué cosas se pueden perder o posponer cuando algo sucede, bueno o malo”, dice Harvard. 

Fomentar la espontaneidad ayuda a manejar las crisis y la frustración cuando los planes no salen como queremos. Los hijos deben aprender que existe la posibilidad del fracaso, pero que eso no quiere decir que no haya otra manera de cumplir las metas.

“Si bien es importante apoyar a su hijo (ahora y por el resto de su vida), a veces los adolescentes necesitan fallar para aprender. Déles la oportunidad de resolverlo por sí mismos antes de ofrecerles ayuda. Es posible que te sorprendan”, anotan

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