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Con el regreso a clases, muchos jóvenes están más expuestos de nuevo a la situación del acoso escolar (bullying, como se le conoce en inglés).

Por tanto, los padres de familia deben poner atención a algunos síntomas en sus hijos.

De acuerdo a Stopbullying.gov se considera acoso: “Un comportamiento agresivo y no deseado entre niños en edad escolar que involucra un desequilibrio de poder real o percibido”.

Este comportamiento se puede repetir o tiende a repetirse con el tiempo y tanto los niños acosados como los acosadores pueden padecer problemas graves.

El acoso se puede dar de forma verbal, social y física.

El verbal incluye burlas, insultos, comentarios sexuales inapropiados y amenazas.

El acoso físico es pegar, pellizcar, empujar, escupir, hacer tropezar, patear, tomar las cosas de otra persona.

El social incluye divulgar rumores falsos de alguien, no tomarlo en cuenta, decirle a otros niños que no se hagan amigos de alguien, avergonzar a una persona.

¿Ha visto la más reciente versión de la novela de Stephen King, “It”?

Allí claramente se ve cómo un grupo de adolescentes acosan a un grupo de niños menores.

También lo puede ver en la popular serie de interesantes “Stranger Things”.

Pero fuera de las historias de cine, televisión e internet, tristemente los casos de la vida real aparecen con frecuencia en las noticias.

Los síntomas que un niño o niña acosados pueden presentar, entre otros son: dolores de cabeza o estómago frecuentes, cambios de hábitos alimenticios, pesadillas o problemas de sueño, lesiones inexplicables.

También pueden presentar calificaciones bajas, pérdida de amigos o evasión de situaciones sociales, disminución de la autoestima o tendencia a auto infligirse heridas o pensar en el suicidio.

Y cuando un niño es el acosador los síntomas pueden ser: son cada vez más agresivos, tienen amigos que acosan, se involucran en agresiones físicas o verbales, son enviados con frecuencia a la dirección de la escuela.

No asumir la responsabilidad de sus actos, ser competitivos y culpar a otros por sus acciones son también síntomas.

Los daños en los niños acosados pueden ser: depresión, ansiedad, bajo rendimiento académico.

Y en los acosadores: mayor tendencia al ser mayores de abusar de alcohol y drogas, conducta abusiva hacia sus parejas, abandono escolar, participación en actos vandálicos, actividad sexual precoz.

Entre los grupos de niños y jóvenes con mayor riesgo de ser acosados están aquellos con discapacidades o necesidades especiales y miembros de la comunidad LGBTQ.

Y dado que las actuales generaciones son digitalmente nativas, también experimentan  el ciberacoso, es decir agresión utilizando formas electrónicas de contacto, como las redes sociales (Facebook, Instagram, YouTube, Whatapp,Twitter, Tumblr, Snapchat y más) o mensajes de texto.

Visita nuestra galería para conocer consejos para los padres para evitar el ciberacoso y/o prevenirlo.

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