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Según un caso que describe e un hombre de 70 años llegó a la sala de emergencias de un hospital en el estado de Florida inconsciente y cuando los médicos se dieron a la labor de atender encontraron que tenia un tatuaje en el cuello.

“DO NOT RESUSCITATE” (No resucitar) se leía en el cuello del hombre cuya vida corría peligro.

Confundidos y alarmados los médicos decidieron ignorar el aparente “deseo” del paciente, pero antes alertaron al equipo de ética del hospital, quienes opinaron diferente.

Queriendo salvar una vida, pero al mismo tiempo viéndose en la necesidad de respetar los derechos del paciente, hubo muchas preguntas sobre lo que se debería hacer.

Mientras que el tatuaje podría parecer extremo, el deseo de no ser resucitado en un caso terminal es común. Cerca del 80% de los pacientes de Medicare en Estados Unidos afirman que no desean ser hospitalizados en cuidados intensivos por largos periodos cuando se encuentran en fase terminal de una enfermedad.

Lo mismo ocurre cuando se trata de médicos, una encuesta del 2014 muestra que la gran mayoría opta por no pasar largos periodos en cuidados intensivos, y en la misma encuesta el 88% pidió no ser resucitado.

En el caso del hombre con el singular tatuaje, este tenía un historial de enfermedad pulmonar crónica, diabetes y enfermedad de la coronaria y como llegó sin identificaciones el hospital no podía contactar a su familia.

Típicamente los hospitales requieren de documentos notariados, y un tatuaje es una expresión de voluntad poco ortodoxa. Aun así, el equipo de ética del hospital pidió a los médicos respetar el tatuaje del paciente, quien murió esa misma noche.

¿Y tú qué opinas de la decisión de los médicos?

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