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Con el auge de las redes sociales y todo tipo de plataformas digitales con información no es raro que las personas lean menos medios tradicionales.

¿Cuándo fue la última vez que usted leyó un libro entero?

O ¿qué libro leyó su hijo recientemente?

Si muchos adultos admiten que no tienen el hábito de la lectura, algunos miembros de las generaciones más jóvenes en Estados Unidos practican menos ese hábito todavía.

De acuerdo con una investigación publicada en la revista Psychology of the Media Culture, de la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), los adolescentes pasan más tiempo en plataformas digitales (jugando, texteando) que leyendo.

Jean M. Twenge, Ph D, profesor de psicología en la Universidad Estatal de San Diego y autor del libro iGen, sostiene que el tiempo invertido en los medios digitales ha desplazado el tiempo que antes se dedicaba a ver televisión o leer un libro.

“Comparado a las generaciones anteriores, los adolescentes de 2010 pasan más tiempo en línea y menos tiempo en medios tradicionales como libros, revistas y televisión”, afirmó.

Twenge y sus colegas analizaron datos de la encuesta continua Monitoring the Future.

Esta encuesta se pasó a adolescentes del décimo al décimo segundo grado, desde 1976 a 2016, casi un millón de jóvenes.

Así descubrieron que el uso de medios digitales se incrementó entre los estudiantes de décimo segundo grado de una a dos horas diarias, de 2006 a 2016.

Y que en ese mismo periodo se incrementó un 75% en los adolescentes de décimo grado y en un 68% por ciento en los de octavo.

Además, que se daba más o menos de la misma forma tanto en cualquier género, posición socio-económica y etnicidad.

El estudio sostiene, además, los medios digitales, como las redes, permiten a los adolescentes comunicarse más fácilmente con sus amistades.

Por lo que les permite llenar la necesidad vital de desarrollo como la conexión social.

También mostró que la lectura de medios impresos ha declinado claramente.

Por ejemplo, el 33% por ciento de estudiantes de décimo grado en 1990 decía que leían periódicos casi cada día.

Para 2016, solo el 2% admitió que lo hacía.

Asimismo, Twenge agregó que es claro el declive en el hábito de lectura de textos largos impresos o digitales.

“Ser capaz de leer textos de largo formato es crucial para entender problemas complejos y desarrollar habilidades críticas de pensamiento. Las democracias necesita votantes informados e involucran ciudadanos que puedan pensar sobre los problemas, y puede ser un poco difícil para las personas de todas las edades ahora que la información en línea es la norma”, dijo el investigador a APA.

Visita nuestra galería para saber cómo puedes incentivar el hábito de la lectura en niños.

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