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No importa si se trata del restaurante más elegante o un lugar de hamburguesas en el barrio, todos hemos vivido alguna vez la experiencia de recibir mal servicio.

Y aunque muchas veces nos preguntamos ¿Cómo es posible que hayan contratado a este mesero? Lo cierto es que hay mucho que podríamos hacer para obtener el servicio que deseamos.

Nuestro comportamiento tiene mucho que ver con la forma en que nos tratan en un restaurante.

Así que unos pasos sencillos pueden hacer toda la diferencia, sigue esta pequeña guía y seguramente te tratarán con cortesía y te darán el servicio que te mereces.

Usa el lenguaje corporal para comunicarte, si crees que se están tardando mucho para tomar tu orden, asegúrate de usar la etiqueta básica al ordenar, si mantienes tu menú abierto, el mesero creerá que aun no estas listo para ordenar y no se acercará a tu mesa, en cambio se ocupará de otros.

Sé cortés, esto no deberíamos ni de recordártelo, pide las cosas “por favor”, di “gracias”, usa el nombre de tu mesero, que lo llames por su nombre crea un vínculo más personal al que todo el mundo responde, jamás truenes los dedos, grites o lo llames “garçon” porque crees que suena elegante. Aunque su trabajo es servirte, no son tus sirvientes.

Si crees que debes quejarte por algo hazlo “suave”. Ocurre que pudieron tomarte la orden mal, que te trajeron un whiskey que no habías pedido, todo eso se puede arreglar, no tienes que alterarte, una queja encendida puede arruinar la noche para todos, especialmente si estás en una cita romántica.

Deja una propina adecuada. No seas el tipo que, por un pequeño error, “castiga al mesero” dejándole una propina menor, primero quedas como un “agarrado” delante de tu acompañante, segundo a veces no es el error del mesero, pudo haber ocurrido en la cocina o en el bar, no “mates al mensajero”.Un par de dólares más puede hacer que recibas un trato de rey en tu siguiente visita.

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