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El 3 de abril del 2018, Octavio Quintanilla fue investido por el alcalde de San Antonio Texas, como poeta laureado de la ciudad. Un reconocimiento que ostentará hasta el año 2020 y del que es el primer hombre latino en recibir, desde que se estableció en el año 2012.

Quintanilla tiene un doctorado por la Universidad del Norte de Texas (UNT), es profesor en la prestigiosa universidad , ha sido publicado en infinidad de revistas especializadas y es autor del libro . Su presencia e influencia en la literatura en Texas crece día a día.

Pero para llegar hasta aquí hubo de recorrer un camino cuesta arriba, en donde tuvo que vivir separación familiar, desconocimiento del idioma y sentirse obligado a guardar silencio.

Nació en Harlingen Texas, pero antes de cumplir un año, sus padres lo llevaron a Villa Mainero Tamaulipas, en donde vivió su infancia. Fue hasta que cumplió 9 años que sus padres lo enviaron de regreso a Texas, a vivir con su abuela, para que tuviera una mejor educación en Estados Unidos.

“Lo que recuerdo de México es que tuve una infancia humilde pero feliz. Nunca tuve conciencia de lo que me faltaba hasta que llegué a Estados Unidos”.

Pero su llegada a una escuela en el Valle del Sur de Texas se vio complicada por no saber inglés, y a pesar de que venía a cursar cuarto grado, lo mandaron a tercero, en donde tuvo que permanecer por dos años, mientras mejoraba en el idioma.

Tuvo que esforzarse mucho, pero cuando por fin pasó de año, había aprendido el inglés suficiente para que lo pusieran con el grupo de estudiantes destacados en el quinto grado.

“Fue un tiempo de mucho silencio. No quería hablar para que los otros niños no se burlaran de mi acento”.

Así que comenzó a escribir, ya en quinto año sabía que algún día seria escritor. A pesar de lo cual no hablaba mucho, prefería escribirlo todo.

“Una maestra americana leyó mi primer escrito y me dijo. Muy bien continúa escribiendo”.

En su familia no había nadie con educación superior, pero ya el niño sabía que quería ir a la universidad.

“Mis padres tuvieron una educación muy básica. Mi padre apenas si sabía escribir su nombre”.

Trabajando y estudiando consiguió una licenciatura y una maestría, luego se desempeñó como maestro, dando clases en High School, pero no le era suficiente. Renunció al trabajo luego de 7 años y se fue a buscar el doctorado en “Escritura Creativa y Literatura” porque estaba convencido de que lo suyo era ser escritor.

Luego de una larga vida de silencios, el poeta Octavio Quintanilla decide que es el momento de hablar, y lo hace a través de su más reciente proyecto, “Borradores” una serie de poesía visual en español.

Con "Borradores", Quintanilla afirma que busca ampliar la definición de lo que significa ser chicano, es la recuperación de la lengua materna, luego de la colonización lingüística que vivió al mudarse a vivir a Estados Unidos, sin sus padres.

Con respecto a la animosidad antiinmigrante promovida desde la Casa Blanca y que ha dado como resultados incidentes en los que se ofende a personas por hablar español, el poeta laureado opina:

“En estos días en los que el español se encuentra bajo ataque, cuando nos quieren silenciar una vez más, escribir en español es un desafío, una forma de decirle a 45, (Presidente Trump), esta también es nuestra lengua, aquí está enterrado mi padre, este es también mi país, y no nos vamos a ir”.

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