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Sin calmar realmente el clima venenoso entre facciones rivales que reina en la Casa Blanca, agregó: "Si Reince quiere explicar que él no filtra información, que lo haga". 

En la ronda de medios en los programas dominicales, Scaramucci había amenazado con "despedir a todos" si seguían apareciendo revelaciones explosivas sobre la Presidencia en los medios estadounidenses.

Su objetivo declarado es reinar en la oficina de comunicaciones, pero debe saber que las filtraciones más dañinas provienen de los escalafones más altos del gobierno.
Durante meses, los medios se han deleitado con detalles sobre el yerno y asesor de Trump, Jared Kushner, el asesor estratégico del presidente, Steve Bannon, y el propio Priebus.

Este jueves por la noche se difundió un informe de The New Yorker en el que se señalaba que, en un intercambio con un periodista de la revista el miércoles, Scaramucci insultó y criticó a Reince Priebus y también a Steve Bannon. 

"Reince es un puto esquizofrénico paranoide, un paranoico", parece que dijo Scaramucci al acusar a Priebus de las filtraciones. 

"Intentan resistirme, pero no les va a funcionar", dijo, y agregó que Priebus pronto renunciará, en un lenguaje que las cadenas de TV estadounidenses se negaron a reproducir.

Con respecto a Bannon, Scaramucci dijo creer -con expresiones particularmente ofensivas- que está en la Casa Blanca para servir a sus propios intereses.

"Yo no soy Steve Bannon, no estoy tratando de chuparme mi propia polla", aseveró.

"No trato de crecer sobre la puta fortaleza del presidente. Estoy aquí para servir al país", añadió.

Nacido en Long Island (Nueva York) en una familia de inmigrantes italianos de clase media y diplomado en Harvard, con pasado en Goldman Sachs, un fondo de inversión para los clientes ricos, Scaramucci es uno de los grandes donantes del Partido Republicano. 

Fue tesorero de la campaña presidencial de Mitt Romney en 2012 y recaudó fondos para Scott Walker y Jeb Bush en las primarias republicanas en 2016 antes de unirse a la campaña de Trump.

Era parte del equipo de transición del magnate.

De impecable presencia y verborrágico, Scaramucci, "Mooch" para los íntimos, nunca ocultó su interés en trabajar en la Casa Blanca. En las últimas semanas no ha cesado de defender a Trump, envuelto en el affaire sobre la supuesta interferencia de Rusia en la elección presidencial de Estados Unidos.

Como nuevo jefe de Comunicaciones de la Casa Blanca, prometió un "nuevo comienzo" con los medios tradicionales, como CNN y el New York Times, a los que el presidente Trump tilda regularmente de "prensa de noticias falsas".

Al subir al podio en la sala de prensa de la Casa Blanca el viernes, día de la dimisión del portavoz de Sean Spicer, Scaramucci exhibió su grandilocuencia: proclamó en varias ocasiones su "amor" por el presidente Trump, a quien incluso comparó con su ilustre predecesor republicano Abraham Lincoln.

Como su jefe, Scaramucci puede ser extremadamente atento fuera de cámaras, como cuando entró a principios de esta semana a saludar al personal de la famosa "West Wing" y a los periodistas acreditados.

Funcionarios de la Casa Blanca dicen que Trump está impresionado por el desempeño de su nuevo jefe de comunicaciones.

Pero para los buenos conocedores de la Casa Blanca, a menudo comparada con un nido de serpientes y minada en esta era Trump por rivalidades varias, Scaramucci debe cuidarse las espaldas.

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