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Cuando un tráiler atropelló a Kacey McCallister de apenas 6 años de edad en una carretera de Utah, y el niño se desangró durante 20 minutos antes de ser atendido, sus padres, profundos cristianos creyentes pertenecientes a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, pusieron su destino en manos de dios. El niño llegó casi sin pulso al hospital, pero lograron estabilizarlo para luego llevarlo por helicóptero a Salt Lake City en donde pasó meses en recuperación.

Todo parecía indicar que moriría, al haber perdido las piernas en el accidente. Fue un milagro que lo salvaran” afirmó Bernie MCCallister, el padre de Kacey.

Cuando salió del hospital le proveyeron una silla de ruedas y unas prótesis que uso por un tiempo hasta que se dio cuenta que se podía mover mejor sin ellas, usando sus brazos.

Kacey no se dio tiempo para lamentaciones, siempre afirmó que no recordaba el accidente, era como un flashazo para él, en donde se veía en un helicóptero y recuerda que el conductor del tráiler lo visitó en el hospital para llevarle peluches.

Nunca me vi como un minusválido, vivíamos en Wyoming, tierra de vaqueros y siempre tuve en mente que sería jinete” Recuerda Kacey

Conforme fue creciendo, fue desarrollando un torso y brazos fuertes y en lugar de jinete puso su atención en la lucha. Pronto el chico se vería compitiendo contra los mejores luchadores del estado de Oregón a donde su familia se mudó a vivir.

Kacey se convirtió en subcampeón estatal de lucha en Oregón antes de concluir su preparatoria.

Pero la lucha seria solo uno de los deportes que el adolescente se puso como meta, comenzó a jugar basquetbol usando su silla de ruedas y a participar en competencias de campo traviesa.

Nada detendría al joven que además de su pasión por los deportes y alto espíritu de competencia, se dio tiempo para asistir a la universidad y estudiar una licenciatura en educación en Western Oregon University.

Casado y con 5 hijos, a los 30 años, además de ser un conferencista motivados, Kacey ha comenzado un nuevo reto, participar en una de las competencias más extenuantes física y mentalmente en el planeta, The Spartan Race, un maratón lleno de obstáculos que muy pocos pueden terminar.

Así McCallister se ha convertido en un guerrero espartano sin piernas, demostrando una gran resistencia física y mental para terminar la carrera de obstáculos de 13 millas en 2017.

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