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El jefe y fundador de Uber, Travis Kalanik, sufrió finalmente las consecuencias de su fogosa personalidad y de sus duros métodos de gestión, y el anuncio de su dimisión definitiva deja un gran vacío en el grupo estadounidense de alquiler de vehículos con conductor.

Acusado de haber alentado prácticas de gestión dudosas, con denuncias de acoso sexual y discriminación en el trabajo, el empresario de 40 años anunció este miércoles su partida definitiva como presidente ejecutivo del grupo tras haber informado la semana pasada que dejaba sus funciones solo de forma temporal.

Durante varios meses, Kalanik pareció beneficiarse de su emblemático estatus al frente del grupo que él fundó en 2009 y que luego dirigió en su fulgurante ascenso.

"No hay nadie para reemplazarle", comentaba entonces el analista Jack Gold, de J.Gold Associates.

Su amigo Emil Michael, quien era su mano derecha y número dos en la empresa, tuvo que dimitir la semana pasada acusado de ser el responsable de la agresiva y sexista cultura empresarial que reinaba en la compañía.

Travis Kalanick, nació en 1976 en Los Ángeles, donde creció y asistió a la célebre universidad UCLA, donde demostró sus habilidades.

En la línea de otros creadores de empresas tecnológicas, se dedicó a la programación informática desde sus inicios y abandonó sus estudios luego de haber creado una empresa emergente (startup).

Esa primera empresa, Scour, fue un precursor y más tarde un competidor de Napster, permitiendo la búsqueda y el intercambio de música y videos en línea. Fundada en 1997, la firma solo sobrevivió tres años: la industria estadounidense del cine y de la música lo llevan a la quiebra al reclamarle un pago de 250 millones de dólares.

En 2001, Kalanick es cofundador de Red Swoosh, siempre centrado en el negocio de compartir archivos en línea. Enfrenta dificultades financieras, pero finalmente vende la empresa en 2007, transformándose en millonario a los 30 años.

La idea de crear Uber nacería una noche de invierno de 2008 en París: Kalanick y el otro fundador de esa empresa emergente, Garett Camp, no encuentran taxi e imaginan apoyarse sobre un botón de su teléfono para encontrar un automóvil con chofer que los transporte.

UberCab surge al año siguiente en San Francisco, donde el servicio se vuelve habitual para el año 2010.

Siete años más tarde, la firma recorta su nombre a Uber y se extiende a más de 500 ciudades en todo el mundo. Uber tuvo que abandonar el mercado chino en 2016, pero igualmente alcanza una cotización de unos 70.000 millones de dólares. Y la fortuna de su jefe es estimada por Forbes en 6.300 millones de dólares.

Kalanick justifica su severo y polémico estilo de dirección explicando que debió endurecerse después de haber atravesado dificultades en sus primeras empresas. Pero ello, finalmente, lo llevó a dimitir de su cargo de forma definitiva presionado por los inversionistas de Uber.

"Quiero a Uber más que a nada en el mundo y, en este periodo difícil de mi vida personal, he aceptado la petición de los inversores de retirarme para que Uber reanude su desarrollo en lugar de verse parasitada" por las dificultades, señaló Kalanick en un comunicado.

De todas formas, Kalanick seguirá formando parte del consejo de administración.

Uber se ganó la enemistad de las compañías de taxis que la ven como una firma que los llevará a la ruina o a su desaparición, y las autoridades reguladoras de varios países también la tienen en la mira. Sus propios choferes le reclaman actualmente mejores remuneraciones o que les brinden un estatus laboral más protector.

La nueva dirección de la empresa tiene un arduo camino por delante para superar las dificultades tras la dimisión de Kalanick.

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